PREMIOS MUJER 2024

El 1 de Mayo de la desafección

 

Celebran los sindicatos este 1º de Mayo con la capa caída. La crisis económica y su manifiesta incapacidad para hacer frente a las sucesivas reformas laborales de los distintos gobiernos del PP ha hundido a los sindicaros mayoritarios en la ineficacia. Los trabajadores españoles están instalados en la más absoluta precariedad y sin capacidad de respuesta. Nunca ha habido tanto conformismo. Y desconcierto. Los trabajadores han perdido sus referencias históricas, mientras los sindicatos se han limitado a apuntalar a las patronales con las firmas de convenios colectivos. Como si no hubiera más objetivos ni luchas pendientes. Los sindicatos se han olvidado de los más desfavorecidos. Sobre todo de los desempleados. Y de  los jóvenes y, ay, de los parados de más de cincuenta años. Por olvidarse se han olvidado de los jubilados, quienes han tenido que ser rescatados en sus reivindicaciones por los vascos del PNV. Quién lo iba a decir, un partido democristiano y nacionalista ha tenido que arrancar al Gobierno una mejora de las pensiones de los jubilados. Todo sea para que el orden vuelva  a las calles de Bilbao y los jubilados, agradecidos, dejen de dar la lata ante la sede del gobierno vasco.

Los sindicatos necesitan una catarsis, una repensada, una refundación, una adaptación al siglo XXI. La prueba va a estar hoy en las calles de los pueblos y ciudades de toda España. Poca gente en las manifestaciones conmemorativas del 1º de mayo. Quizás en esta ocasión se manifiestan algún jubilado más, por aquello de mantener viva la reivindicación por la mejora de las pensiones; o alguna mujer más. Claro, las mujeres, el único colectivo que exterioriza ganas de guerra. Las eternas olvidadas y las siempre marginadas, ahora más cabreadas que nunca tras la sentencia contra los impresentables de La Manada.

Sí, hay un clima general de desafección. Lo de Cataluña es sólo una de las consecuencias del desenganche general que vive la sociedad española. Que paren España que nos bajamos, parafraseando los eslóganes del ahora conmemorado Mayo del 68 francés. Numerosos  colectivos ciudadanos no se sienten a gusto con este sistema que nos ha tocado vivir/sufrir. En plena ápoca de desconcierto, hasta un ex primer ministro francés fracasado y actualmente desubicado se postula para arreglar el problema catalán. No es de extrañar ante tanta irresponsabilidad política por parte del poder ejerciente. Y ante la falta de alternativas ilusionantes. Que esperen las reformas necesarias.

Los que no se podrán manifestar hoy por las calles de los pueblos y ciudades de León serán los cinco mil habitantes que han abandonado la provincia en el último año. Tampoco aquí están finos los sindicatos, ni los de clase ni los agrarios. León se desangra ante tanta huida de talento y con tanto envejecimiento de las clases activas. Ya somos una provincia que vive de la caridad/solidaridad interregional. Somos una de las últimas provincias españolas en índice de actividad económica, mientras crece en el interior el sentimiento de derrota de la España vacía. ¿Tenemos arreglo? La esperanza es lo último que se pierde; así que, sí, claro que hay soluciones. ¿Pero quién establece prioridades y las pone en marcha? Vamos a ver qué rezan hoy las pancartas del 1º de Mayo.