Violeta. R.Oria “El Martes Santo, Ponferrada abrirá sus puertas a un peregrino excepcional”. Así lo vaticinó el pregonero de la Semana Santa, monseñor Lucio Ángel Vallejo Balda, con respecto a la procesión del Santo Cristo del Camino, y así ha sido. Atrás quedaron los sinsabores del pasado año cuando, debido a la lluvia, la procesión se tuvo que anular. El barrio de Flores del Sil, el más populoso de Ponferrada, demostró esta noche su gran devoción.
“Es como hacer un homenaje desde la Vida que es Cristo y su Madre a la vida de aquellos pioneros llegados a Flores cuando la ciudad ofrecía mucho trabajo. Ponferrada atrajo la atención de muchos pueblos que encontraron entre nosotros una vida nueva y un hogar de futuro para sus hijos. Y por traer y aportar, trajeron además de su sangre y su trabajo, su fe y sus devociones, como es el caso de la Virgen de la Estrella que llegó emigrante a la Parroquia. Después de traer y reunir a la familia, no se olvidaron de traer también su fe, sus valores y convicciones representadas en la imagen de la Virgen de su Pueblo”, señalaba en su pregón Vallejo Balda. Y es que Flores del Sil dedicó al Apóstol Santiago su parroquia, y su cofradía, al Santo Cristo del Camino, siempre acompañado por la Virgen ‘Esperanza del Camino’, de aires sevillanos, que trajeron algunos de los primeros emigrantes al barrio.
La comitiva partía a las 10 horas de una magnífica noche. A las puertas de la iglesia de Santiago Apóstol, el trasiego y la emoción de los más pequeños daban paso al más absoluto silencio una vez que el paso de la Virgen ‘Esperanza del Camino’ atravesaba el umbral, seguida de la banda de Jesús Nazareno y de los cofrades de otras hermandades como los de La Placa, con sus característicos capirotes azules. A través de la calle Ávila, la procesión desembocó en la avenida de Portugal para, después, girar a la más reciente avenida de la Martina, con su gran bulevar. Desde allí, atravesó las calles Cádiz, Almería y Cuenca, y regresó a su parroquia. Los cofrades del Santo Cristo del Camino demostraron que saben “bailar” el paso de la Virgen; las mujeres que portaron al Santo Cristo del Camino, que la fortaleza no solo es cosa de hombres.