Con el premio de Ponferrada Rock de 1998 Deviot (Ana Rubio, Rebeca Diéguez, Ángel Vilas y Farah García) llegaron a Avilés. Allí les esperaba en los estudios La Factoría el productor, Fernando Pardo, componente del grupo Sex Museum, para grabar su primera maqueta profesional. Composiciones de punk rock con toques de pop, no exento de melodía, guitarras afiladas, una base rítmica contundente, bajo magistral y una voz, la de Rebeca, cómoda, tanto en los registros bajos como a la hora de echar el resto en los temas más desgarrados. Estas eran las señas de identidad de un grupo adolescente que comenzaría una carrera meteórica, el sueño de todo artista, a partir de aquí.
Ese mismo verano, la maqueta con cuatro originales temas, cae en manos de Subterfuge Records, quienes quedan asombrados de la “calidad, frescura y juventud” de Deviot. Una primera prueba es actuar de teloneros para Undrop, el grupo bandera esa temporada de la Generation Next de Pepsi. En Ponferrada, concretamente en La Gran Manzana, los chicos de Deviot se consagran tomando la alternativa como icono de la multinacional de refrescos norteamericana.
“Buscábamos un grupo juvenil, que representara a la verdadera sociedad del momento. Sus gustos, su ropa, sus gustos e influencias musicales, lo que comían…Todo nos interesaba y Deviot encajaba en todos los aspectos. Nos sorprendía, eso sí, la calidad y hasta la profesionalidad que demostraban encima de los escenarios”, relata Mikel Smith, por entonces uno de los agentes ejecutivos de marketing de Generation Next. Subterfuge, experto en “cazar nuevos talentos” acertaron de lleno con lo que se buscaba.
El contrato con Subterfuge se firma a principios de 1999. Los padres de Rebeca, Farah y Ana, al ser menores de edad, asisten a la firma, Ángel, el batería contaba ya con 25 años y tuvo que hacer verdaderos malabares con Televisión Ponferrada, donde trabajaba como operador de cámara, para simultanear los viajes y giras que comenzarían inmediatamente por toda España. En Ponferrada, volverían a ser escuchados teloneando esta vez al grupo del que luego fueron “competencia” principal, Dover; en esta ocasión en el patio del Colegio Peñalba habilitado al efecto. “Lo petaron”, según las crónicas.
El contrato con Subterfuge suponía el compromiso de grabar una serie de discos con la compañía, cumplir una serie de conciertos de promoción, ceder todos los derechos de imagen por un tiempo y un sinfín de cláusulas más. Mario Vaquerizo, el marido de Alaska, fue nombrado algo así como el hombre que se encargaba de las relaciones con la prensa y parte del marketing. Se presentó a los padres en una actuación para público local en la sala Tararí de Ponferrada. Todo iba muy deprisa.
Pero si un tema fue el icono de la banda, que no el mejor según los expertos, ese fue Wait here. Fue la canción con la que se diseñó toda la estrategia. El afamado director afroamericano Spike Lee les esperaba con todo su equipo en Nueva York para grabar el spot de Pepsi que sería emitido durante todo un año en diversos formatos por medio mundo. Y allá se dirigieron toda la banda. Nervios, emoción y mucho desparpajo. La limusina a pie de avión y al hotel donde se alojaban otras estrellas y los fotógrafos hacían guardia en las puertas, el vuelo en helicóptero por los cielos de NY y la convivencia con el equipo del laureado cineasta fueron unos días que Deviot los tomó como “una experiencia inolvidable”.
El primer disco, Sichhead, se graba esta vez en Madrid. Y con él miles de copias que son adquiridas por toda España con una campaña donde Deviot pasó por todos los magazines y programas de moda de todas las televisiones. Paralelamente, entra ese año en la lista de Los 40 Principales, donde en agosto de 1999 logran el número 1 compitiendo con La Lola de Café Quijano de León y otros muchos artistas internacionales. La marca de ropa juvenil Pho les viste, los programas de mayor audiencia les reclaman y una gira interminable les hace dar la vuelta a España en varias ocasiones.
Series de televisión como Al salir de clase y cameos en varios programas, consolidaron definitivamente al grupo, que tuvo memorables actuaciones en directo en templos del rock como La Riviera o la Sala Sol de Madrid. No sólo los críticos musicales, sino el gran público joven puso cara, nombre y conocimiento a esas chavalas que sonaban tan bien –con permiso de Vilas, el hombre de la casa–.