La operación Sawtruck, efectuada por la Guardia Civil de Palencia durante varios meses, ha culminado con la detención de un total de 17 personas, además de otras dos personas investigadas, por delitos de pertenencia a organización criminal, robo con fuerza en las cosas y receptación.
Estas 19 personas formaban parte de una organización criminal dedicada al robo de camiones por diferentes provincias del país (Palencia, Ávila, León, Madrid, Cantabria, Zaragoza, Huesca, Lérida, Toledo, Guadalajara, Ciudad Real y Jaén), para posteriormente vender tanto la carga como los propios medios de transporte. Se estima que el valor total de los camiones robados con la respectiva carga y los daños derivados asciende a más de 2.500.000 euros.
La operación se inició en el mes de marzo, al haberse tenido conocimiento del robo de un camión en la localidad palentina de Villamediana. Desde ese momento, se llevó a cabo una importante investigación por parte del personal de la Guardia Civil de Palencia, hasta el punto de haber podido conocer con detalle la estructura y el modus operandi de la organización criminal, donde se han diferenciado dos grupos de trabajo.
Un primer grupo se encargaba del robo de los camiones, principalmente en zonas frecuentadas por esta clase de vehículos como polígonos industriales, áreas de servicio y zonas de descanso. Para ello rajaban la lona del semirremolque y comprobaban la carga. Posteriormente accedían a la cabeza tractora para inhabilitar el sistema GPS de forma que no pudiera la empresa conocer la posición del vehículo y así poder llegar hasta Madrid sin riesgo de ser localizado.
Aun con todo, empleaban un vehículo lanzadera para verificar que no existiera un control policial durante el trayecto. Una vez en la Comunidad de Madrid, estacionaban los vehículos en algún polígono industrial cercano a la capital para vender tanto la carga como el camión.
Un segundo grupo en un principio actuaba como el primero, pero reorientó su actividad delictiva al robo exclusivo de la carga, ya que disponían de un camión caja. De esta forma podían estacionar su vehículo cerca de sus objetivos sin levantar sospechas.
Ambos grupos, tras robar los vehículos se ponían en contacto con uno de los detenidos, de nacionalidad paraguaya, quien exportaba vehículos a su país de origen a través de su empresa, mezclando tanto vehículos de origen licito como ilícito. Para ello se desmontaban los vehículos robados en una campa de los extrarradios de Madrid, transportando seguidamente las piezas por contenedor desde el puerto de Valencia hasta Paraguay.
Por último, otro de los detenidos de nacionalidad china servía de intermediario para distribuir la carga robada entre diferentes negocios, gracias a su fluidez con el idioma castellano. Esta persona contactaba con diferentes compatriotas que poseían almacenes o bazares en la Comunidad de Madrid, se acordaba un precio por la diferente mercancía que le traían los dos grupos descritos anteriormente y se procedía a la descarga de la misma.
En total se imputan veintiséis delitos, si bien la investigación continúa abierta, ya que varios robos se cometieron fuera de la demarcación de la Guardia Civil, no descartándose nuevas detenciones.