PREMIOS MUJER 2024

¿Cuáles son las tres Cs para educar según Mar Romera?

Esta pedagoga es una de las figuras más destacadas en el panorama actual de la inteligencia emocional y la educación

Mar Romera es una de las figuras más destacadas en el panorama actual de la inteligencia emocional y la educación. La pedagoga implementa diferentes programas de innovación en centros de enseñanza a nivel nacional, colabora en la formación permanente del profesorado en diferentes comunidades autónomas y es presidenta de la Asociación Pedagógica Francesco Tonucci. Su método de enseñanza se basa en las tres Cs. Estas son las características de su modelo pedagógico.

La inteligencia emocional aplicada a la educación es una de las razones por las cuales Mar Romera se ha convertido en una referente en el panorama nacional e internacional. La licenciada en Pedagogía y Psicopedagogía está especializada en el ámbito de la inteligencia emocional y colabora de manera permanente en la formación del profesorado en diferentes comunidades autónomas, además de realizar conferencias que están dirigidas a escuelas y empresas interesadas en una alternativa formativa. Mar Romera afirma en estas conferencias que “el niño, para que aprenda, debe sentirse admirado”. Y es que para la autora del modelo pedagógico “Educar con las tres Cs” la inteligencia emocional aplicada a la educación favorece un desarrollo que permite a las personas poder gestionar adecuadamente sus emociones y aceptarlas con naturalidad. La especialista es consciente de las dificultades que conlleva gestionarlas en la edad adulta, por eso recomienda fomentarlas desde la infancia. Indica que ello ayudará a los menores a convertirse en personas empáticas, con habilidades para poder manejar los sentimientos, con una buena comunicación y sociabilidad.

La autora del método de las tres Cs apuesta por reconocer las emociones que forman parte del ser humano desde la infancia. Además, no cree en las emociones negativas ni positivas y recuerda que todas ellas forman parte de la vida y por ello no se debe mirar hacia otro lado. Su método pedagógico trabaja las tres Cs, que son las Capacidades, las Competencias y el Corazón.

Capacidades, Competencias y Corazón, estas son las tres Cs del método de Mar Romera

Educar con las tres Cs de Mar Romera es un método que está dirigido tanto al profesorado, como al alumnado y a la familia/comunidad. Las tres Cs incluyen las capacidades, las competencias y el corazón, tres fortalezas que favorecen una educación con auténticos valores. Aquellos que según la autora del método despiertan la sensibilidad de los niños y niñas y los hace partícipes de los grandes sentimientos humanos. El método tiene como fin ayudar a que las escuelas compensne lo que no se da de manera natural teniendo en cuenta el respeto por la persona y su potencial. Con ello se logra, además de empoderar a los centros en función de su anatomía pedagógica, facilitar la canalización de la creatividad, el emprendimiento, la innovación y la cooperación del profesorado para asumir una función docente desde el crecimiento global y el aprendizaje compartido.

El método, o metodología —una vez aplicada— se refiere a las capacidades como la potencialidad, a las competencias como a la forma de apostar por la acción y al corazón como a la educación afectiva. Las capacidades, aclara Romera, llevan a las competencias y cuando estas se dejan a los centros y profesionales docentes se crea un entorno en el cual existen mayores posibilidades para que haya un proceso dinámico y una mayor riqueza formativa. Romera declara que las capacidades dan un enfoque que va más allá de las disciplinas, áreas o materias, se trata de inteligencias múltiples. Las competencias, por otro lado, son habilidades que pueden ejecutarse ante situaciones problemáticas planteadas y contextualizadas, además pueden ser el resultado de la combinación de una o varias dimensiones de la persona. Por supuesto, la adquisición de las competencias depende de la metodología, así como también de las tareas, de las actividades y de los contextos pedagógicos en los que se enmarcan, afirma la autora, pero no de manera exclusiva. El grado del desarrollo de una competencia, afirma, no solo lo marca el nivel en el cual el menor está escolarizado, también lo determina el propio niño o niña, su espectro intelectual y sus experiencias previas en el resto de contextos en los que vive.

Por último, se encuentra el corazón. La autora declara que contribuir en el desarrollo de la inteligencia va más allá de la mera instrucción y que todo lo anterior no tiene sentido sin el corazón. Matiza que se debe contribuir al desarrollo pasando por la búsqueda compartida del propio autoconcepto y autoestima de los menores. Aclara que se debe guiar su búsqueda hacia la propia calidad de vida y que esta no debe estar determinada por los títulos ni las haciendas sino por los pensamientos, además debe  estar controlada por cada persona desde sus habilidades intrapersonales e interpersonales.

Cuáles son las emociones básicas que todo ser humano puede sentir

En las conferencias, talleres, cursos, charlas y diálogos que Mar Romera lleva a cabo frente a las diferentes escuelas y empresas interesadas en las alternativas formativas, la experta habla de cuáles son las emociones básicas del ser humano y matiza la importancia de sentirlas y reconocerlas, sin hacer distinción entre si son buenas y malas. Además, tal como puede leerse en el portal especializado en la infancia Bebe.top, los niños deben conocerlas desde la infancia y para ello se debe fomentar la educación emocional. De esta forma aprenderán a gestionarlas adecuadamente y a aceptarlas con naturalidad. En el momento de hablar sobre la convivencia y entender las emociones, la experta alude a un total de 10 ejemplos básicos. Estos son: el miedo, la rabia, la sorpresa, la culpa, la tristeza, el asco, la curiosidad, la admiración, la seguridad y la alegría. La psicopedagoga ofrece varias claves para fomentar la educación emocional desde casa que consisten en reconocer las emociones, pero también en emplear la empatía, tratar con respeto a los menores y aprender a comunicarse y expresarse correctamente. En este último caso, declara que la vía del diálogo siempre es más efectiva a largo plazo que el castigo directo o el autoritarismo, que funciona a corto plazo. Matiza la importancia de dedicar tiempo a los menores para explicarles las cosas con claridad y que comprendan la responsabilidad de sus actos.