Era un secreto a voces o la crónica de un fracaso anunciado. La famosa Mesa por el
futuro de León ha muerto víctima de los mismos que la parieron. ¿Qué podíamos
esperar de un “ente” que nació para tenernos a los leoneses enredados y silentes
haciéndonos creer que en esa Mesa se dilucidaba el devenir de nuestra maltrecha
provincia a diez años vista? Quienes conformaban esa Mesa, (los que nos han traído
hasta aquí) son los mismos que se han sentado siempre para sacar a León del declive
demográfico, económico y social. Se sentaron y no se movieron. Se hiceron la foto, la
subieron a las redes sociales y se olvidaron de los compromisos adquiridos con los
ciudadanos. ¿Qué han conseguido? ¿Hemos avanzado algo? ¿Estamos los leoneses
satisfechos con algún proyecto logrado? ¿Quiénes deben asumir las responsabilidades
de lo sucedido?
Nunca nos invitaron a participar en esta Mesa que nació coja, -ya que no estaban
representadas todas las voces legitimadas para aportar propuestas, como los
principales municipios de la provincia, la Universidad de León, las Cámaras de
Comercio, las organizaciones agrarias, etc.- y para la que auguramos un corto
recorrido. No nos equivocamos en la predicción, aunque nos hubiera gustado, a tenor
de la dimisión de su coordinadora Humildad Rodríguez, la única persona que ha tenido
el coraje de trabajar en silencio y sin apoyos desde la agencia que se diseñó, con
despacho en la Diputación, para dinamizar la provincia.
Sabemos que Humildad Rodríguez era consciente de que saldría “quemada” de la
hoguera de las vanidades en la que la metieron, pero aún así, hizo su trabajo y
mantuvo una ronda de encuentros y reuniones con diferentes actores
socioeconómicos de la provincia para dibujar una radiografía más o menos certera de
las necesidades y posibles soluciones para revertir la falta de oportunidades que sufre
nuestra provincia.
Con el Círculo Empresarial Leonés se reunió el 14 de abril de 2021 en nuestra sede de
Ordoño II y fue un encuentro en el que se expusieron los ejes fundamentales del
desarrollo de León y lo que estimábamos que debía contemplar un buen plan
estratégico para repensar nuestra provincia y apostar por un cambio de modelo
organizativo y productivo. Coincidimos plenamente en el argumento de que la Mesa
debía estar al servicio o ser un instrumento para canalizar los Fondos europeos, los de
Transición Justa y los del Reto Demográfico y facilitar que los proyectos competitivos
que se fueran presentando desde el territorio fueran hilvanados coherentemente con
las necesidades y las propuestas políticas, sociales y empresariales. Todo ello bajo el
prisma de revitalizar la provincia de León y hacerlo de forma sostenible en el tiempo.
“León está orillado, percibo que hace falta mucho hilo conductor entre las personas que
tienen responsabilidades y la cadena no está hilvanada”, nos confesó Humildad, viendo
que la tarea que tenía encomendada no iba a llegar a buen puerto, como así ha sido.
El sentir generalizado de los empresarios del CEL, y así se lo trasladamos a Humildad,
es que la provincia de León está saliendo muy perjudicada de la división a nivel político
y constatamos su progresiva decadencia y pérdida de población e influencia.
“Queremos que las instituciones actúen y que la economía y las empresas funcionen.
Nos da igual el color político de quienes nos gobiernan. En León hay empresarios que
quieren invertir pero se nos está echando, nos están arrastrando a invertir fuera
cuando lo que queremos es seguir apostando por conseguir un mejor futuro para las
nuevas generaciones”.
La Mesa ha vuelto a ser una oportunidad perdida para León y un fracaso de nuestra
legítima aspiración como leoneses a progresar y prosperar. Podemos achacar este
nuevo revés a la incapacidad o indolencia de nuestros dirigentes políticos, sindicales y
empresariales, pero todos tenemos responsabilidad como leoneses en el desenlace de
una historia cuyo final no está escrito. Apartemos las frustraciones y decepciones y
trabajemos por un León donde merezca la pena desarrollar proyectos de vida y de
empresa. Se lo debemos a nuestros hijos y nos lo debemos a nosotros mismos.
Julio César Álvarez
Presidente del Círculo Empresarial Leonés (CEL)