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Cristianismo y Padeia griega

Uno de los grandes debates en torno al éxito del cristianismo es el del nivel de influencia que en este tuvo la cultura clásica griega. Para desarrollar este artículo seguiré la obra del filólogo Werner Jaeger quien es especialista en esta cultura.

El término Paideia se traduce como cultura griega, o con más precisión la educación que recibían las clases privilegiadas griegas. Los romanos lo tradujeron por humanismo que con el paso del tiempo sería sinónimo del humanismo renacentista. En definitiva, se podría entender como la educación más elevada que podía recibir alguien en cada uno de esos momentos históricos.

Jaeger afirma que desde la segunda mitad del siglo XVIII los teólogos más relevantes aceptaron como un axioma que la cultura griega determinó la forma final de la religión cristiana y por lo tanto del pensamiento cristiano.

Es un hecho que el Kerygma cristiano (la predicación de la Palabra de Cristo) no se circunscribió al ámbito geográfico de Palestina, que no dejaba de ser uno de los rincones más inhóspitos del imperio y alejado de todo centro de poder y toma de decisiones.

El tránsito de lo que hubiera podido haber quedado reducido a una religión más, hasta convertirse en la más importante numéricamente a nivel mundial por parte del cristianismo necesita alguna explicación. Sabemos que el judaísmo no aceptó la “Buena Nueva”, sí muchos judíos que se convirtieron en los primeros apologetas del mensaje de Cristo.

Recibieron unas indicaciones muy precisas de ir y enseñar a todas las gentes. ¡Cómo si esto fuera fácil! Me imagino la sensación de inmensidad abrumadora para todos aquellos que quisieron ser fieles al Maestro cuando tomaron verdadera conciencia de su misión. No eran tampoco los más preparados intelectualmente, eso vino después, salvo en el caso de san Pablo quien sí parece que tenía la facilidad de hablar distintas lenguas.

Y es que el idioma era uno de los principales problemas para trasmitir el mensaje de Jesús más allá del entorno del pueblo judío. Como toda obra gigantesca necesitaba de una cierta estrategia. Y aquí es donde la cultura griega adquiere una relevancia fundamental. Siendo claros, con el arameo y el hebreo se podía cumplir con lo mandado solo respecto de aquellos que entendieran esas lenguas, que no era poco. Pero, el mensaje de Jesús era ecuménico, para todos y todos significaba incluir a los paganos que eran la inmensa mayoría de los habitantes del imperio.

Estos habitantes del imperio entendían sus vidas, en la doble dimensión temporal y espiritual bajo los cánones de la cultura greco-romana. Mientras el cristianismo se circunscribió a un ámbito reducido los elementos del poder imperial no repararon en él. Pero cuando comenzó a tener cierta relevancia, sobre todo en las clases pudientes, el entramado de poder se vio amenazado y comenzaron las persecuciones.

Para conseguir que el cristianismo pasase de ser una religión cuyo profeta era el hijo de un carpintero que predicaba cosas muy raras para el romano medio de la época, a ser la religión oficial imperial se debieron conquistar los corazones y las mentes de las clases pudientes.

Estas clases tenían una formación basada en la cultura griega y el cristianismo tuvo que ganarse su confianza. Y lo hizo desde el momento en que san Pablo se dirigió en el Areópago a los filósofos estoicos y epicúreos hablándoles de un dios desconocido. Les habló en sus propios términos y desde la necesidad de la deidad como parte de la vida del ser humano.

El cristianismo adoptó la Paideia griega como un instrumento de difusión entre los paganos. Y aquí se produjo otra crisis identitaria del cristianismo. Se cuestionó esta opción por parte de algunos de los primeros padres de la Iglesia en el sentido de considerar que se adulteraba el mensaje Jesús con la influencia del helenismo. Por ejemplo, no era bien visto por algunos padres el hecho de utilizar la simbología como elemento didáctico o para interpretar las sagradas escrituras por considerarlo como un método muy cercano a la mitología griega.

San Clemente Romano es considerado el autor del primer documento literario de la religión cristiana, cifrado en una época inmediatamente posterior a la vida de los apóstoles, lleva por título “Carta de san Clemente Romano a los Corintios”. El autor tratando dirimir una cuestión de desavenencia entre dos iglesias cristianas, la de Roma y la de Corintio, recurre al principio estoico de no reconvenir, sino de aconsejar, de  afirmar que sumar siempre es mejor que dividir o restar.

Con el transcurrir del tiempo los autores cristianos fueron ganando en formación y prestigio y mediante la incorporación de la cultura griega a su pensamiento llegaron a crear una Paideia cristiana que no fue fruto de un sincretismo entre esta cultura y el cristianismo, sino que Grecia sirvió como instrumento de articulación y perfección de la doctrina cristiana además de su vector de transmisión, principalmente en los centros de poder.

Todavía no hay acuerdo respecto del grado en el que Grecia cumplió su papel en el sentido expuesto respecto del cristianismo, pero, en lo que sí lo hay es en que el cristianismo se convirtió en una religión de ámbito mundial apoyado en ella.

 

Un comentario en “Cristianismo y Padeia griega

  1. ¡Que disquisiciones tenía con Victoriano Franco “Franquín” que esté gloria bendita. Es una pena, que quede, dado como ha evolucionado el ser humano y de lo que es capaz de hacer, en una vida e ideas de una persona. Porque desde luego, ahora está en horas bajas, y cuando más se practicó, fue para intentar someter a la gente, so pena del infierno.

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