Ponferrada celebró este domingo la festividad del Corpus Christi, de máxima importancia para los cristianos, en la Basílica de la Encina. No se programó procesión, aunque sí una bendición, tras la eucaristía, debido a que la situación sanitaria no lo recomienda todavía. Por segundo año consecutivo, los asistentes añadieron a sus galas la mascarilla, que sigue siendo obligatoria, y se tuvieron que guardar distancias en las bancadas, lo que redujo el aforo del templo.
Al acto acudieron, como en otras ocasiones, las máximas autoridades de la ciudad. El alcalde, Olegario Ramón, recordó que esta celebración cuenta con mucho arraigo popular. Para Ramón, en esta celebración quedó patente que “tras un año muy duro” se empieza a atisbar la “necesaria normalidad” en el modo en el que se celebró esta “festividad de referencia”. El regidor expresó su deseo de que en el año próximo pueda celebrarse ya “con todo su esplendor”. Entre los asistentes se pudo ver a políticos de todo signo.