La Audiencia Provincial de Salamanca condenó a un hombre a cinco años de prisión al considerarle culpable de un delito continuado de abuso sexual a una menor de 16 contra la hija de su pareja. La sala le impide además a acercarse a menos de 500 metros de la víctima durante otros cinco años y le obliga a indemnizarla con 6.000 euros por los numerosos episodios de abusos, demostrados en la práctica de la vista, que tuvieron lugar a lo largo de varios meses cuando se quedaba a solas con la niña.
Según recoge la sentencia, a la que tuvo acceso Ical, el condenado convivía con su pareja y la hija de ésta, la víctima, que contaba con tan solo once años cuando tuvo lugar el primer abuso por unos 51 de él. Los hechos, por tanto, se remontan al 24 de septiembre de 2021, cuando, según el documento judicial, cuando ambos estaban en el sofá y “con ánimo libidinoso” le dijo a la menor “venga, un masajito” y a continuación le tocó los genitales, primero por encima del pijama y después por dentro de la braga, sin llegar a introducirle los dedos.
Varios episodios similares se produjeron, según quedó acreditado tras la práctica de las testificales, aunque no la menor no declaró, protegida por la ley, en fechas posteriores. El 12 de enero de 2022 volvió a tocar sus pechos y genitales y llevó las manos de la niña a su pantalón.
También el 6 de febrero fue a su habitación, le realizó nuevos tocamientos y le pidió que se pusiera “a cuatro patas” aunque la menor no lo hizo. Igualmente, en días indeterminados, al volver del colegio, se produjeron nuevos abusos durante el breve intervalo de tiempo en que estaba a solas con ella a la hora de comer.
Todo salió a la luz tras una visita de su prima de 14 años, algo mayor, a quien contó lo ocurrido y que entendió los hechos como “muy graves” y convino que había que contárselo a los mayores. Así se enteró su madre que, poco después, le interrogo por lo sucedido. La niña, aunque “sintió mucha vergüenza”, lo contó todo y la madre puso fin a su relación sentimental y denunció a su expareja.