Vanessa Silván Pertenece a esa nueva generación JASP (Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados) que se ha visto obligada a probar suerte o seguir formándose en el extranjero mientras espera a que surja una “buena oportunidad” que la traiga de regreso a España. La violinista ponferradina Paula González Cuellas va a cumplir su segundo año en Londres, cursando un máster de violín en el Royal College of Music, después de otros dos años de formación en interpretación en el Real Conservatorio de Bruselas.
Ella es un ejemplo más de tantos jóvenes músicos que deben “abrir fronteras” para seguir creciendo profesionalmente. “En Londres hay muchos jóvenes de mi generación, también algunos un poco mayores o más pequeños, que estamos saliendo todos fuera porque actualmente tener una vida laboral aquí en España es muy difícil y también tenemos una formación extra allí, que es complementaria e importante en nuestra vida profesional”, cuenta la violinista.
Tiene 25 años y empezó su formación con tan sólo ocho años en el conservatorio Cristóbal Halffter de Ponferrada, donde estudió durante diez años hasta que tuvo que trasladarse a la capital para hacer el grado superior en el Real Conservatorio de Madrid. Entonces llegó el momento de volar, primero haciendo nido en Bruselas y después en Londres, donde aterrizó siguiendo los pasos de la violinista rusa Natalia Lomeiko.
“Una de las personas que más me ha marcado es Natalia Lomeiko, que es actualmente mi profesora en Londres”, cuenta Paula, que recuerda que había tenido antes unas clases magistrales con ella cuando estaba en España. “En cuanto la conocí, mi vida dio un giro y realmente estuve años formándome e intentando mejorar para entrar en el Royal College y estudiar con ella”, confiesa la joven ponferradina.
Grandes dosis de sacrificio y constancia que le llevaron a ser uno de los elegidos para entrar en el prestigioso centro londinense, tras pasar unas pruebas muy exigentes. “No es fácil entrar, unos 200 hicimos las pruebas para el máster y tienes que hacer una audición, fue mucho esfuerzo, estudiar mucho y muchas horas de prácticas porque hay muchos candidatos”, apunta Paula, que también es violín solista en la Camerata Clásica de Ponferrada, con la que actuó esta semana en una “escapada” para pasar las navidades con su familia en la capital berciana.
Por toda Europa… y China
Su talento y formación le han llevado a formar parte de agrupaciones y orquestas como la Joven Orquesta de la Unión Europea, la orquesta Wien Klang Sinfonietta, la Joven Orquesta Internacional Oviedo Filarmonía o la Joven Orquesta Sinfónica de Castilla y León, desde su fundación. Desde el Palacio de las Bellas Artes, Bozar, de Bruselas a los más bellos auditorios de las principales ciudades de Alemania, Polonía, Austria, Italia o España, Paula González destaca las buenas sensaciones que le produce estar encima del escenario.
“Ver que la gente se implica, que los auditorios están llenos y que al público le gusta lo que haces es un experiencia muy agradable”, reconoce la violinista berciana, que destaca su gira por China y la grandiosidad del auditorio de Shangay. “Allí era totalmente diferente, era enorme y había muchísima gente, les llama mucho la atención lo que hacen las orquestas occidentales y tocamos lo que venía siendo el concierto de Año Nuevo de Viena, queríamos transmitírselo a ellos y la verdad es que recibimos una gran ovación”, recuerda.
Unas vivencias que le han puesto en contacto con músicos de las más diversas nacionalidades aunque, de momento, en Londres convive con una persona española porque “es más sencillo”, tienen las mismas costumbres y los mismos horarios “raros” de comidas. Eso es algo a lo que aún no se ha adaptado e intenta mantener la misma hora de comidas y cenas que en España, cuando las clases se lo permiten. Otra cosa que echa en falta es el sol y la tranquilidad de Ponferrada en algunos momentos de “interminable y continuo” estrés de la gran ciudad inglesa.
Pensando en el regreso
Paula González reconoce que ahora mismo las opciones en España para los músicos son pocas, se cierran orquestas y tampoco salen apenas plazas. Otra opción es la enseñanza, y tampoco es fácil. Ya ha tocado en algunas ocasiones con la orquesta sinfónica de Castilla y León y, confiesa, “para mi sería muy importante volver a España y tener plaza en una orquesta, y que fuera con la que soñaba desde que era pequeña por ser la orquesta de mi comunidad autónoma”. “A eso aspiro, una orquesta o la enseñanza”, apostilla.
Y es que en Londres tiene a sus propios alumnos de violín. “Me gusta porque intentas dar lo que tienes, enseñar lo que sabes, poder transmitirlo es una gran satisfacción”, asegura la joven berciana, que reconoce la importancia de la formación que recibió en el conservatorio Cristóbal Halffter de Ponferrada. “Tenemos una nueva generación de profesores que ya en su momento salieron fuera y nos han dado una formación muy buena, que también hemos complementado fuera del conservatorio con cursos programados y clases magistrales”, explica.
De hecho, cuenta Paula González, muchos de sus compañeros también han tenido que “emigrar” y están fuera, algunos ya incluso con plaza en orquestas extranjeras. Entre esos músicos, recuerda el éxito del oboista Eric González, con plaza en la Orquesta Clásica de Madeira, a Bárbara Ferraz, flautista que está estudiando en Bruselas, o a Belén Puerto, que trabajó en la enseñanza en conservatorios en España y que, por la situación actual, tuvo que también irse a trabajar a la capital belga “aunque quiere regresar cuando pueda”, apunta la violinista, como ella para traer la música de vuelta.
Ya falta poco para que tu esfuerzo sea recompensado.
Te lo has ganado a pulso!!. Deseamos de todo corazón que pronto tengas tu sitio, porque no conocemos a nadie que se haya esforzado tanto en llegar a la excelencia.
Ánimo y a por todas!!!