Cogito ergo sum

El objetivo de las líneas que expongo a continuación es sin duda alguna la reivindicación de la Filosofía como asignatura obligatoria y no como optativa. Con la transformación de la ley educativa conocida como LOMCE se han producido cambios en las asignaturas de bachillerato. En concreto, la Filosofía ha sido una de las asignaturas que en algo menos de 1 año ha pasado de ser fundamental a olvidada.

Una asignatura como la Filosofía es necesaria para los jóvenes. Por regla general, todos los estudiantes de entre 16 y 18 años aún no han desarrollado una capacidad necesaria para evolucionar y mejorar, es pensar. Sí es cierto que muchos profesores ofrecen esta asignatura desde un punto de vista teórico, sin intenciones de empapar el pensamiento con diferentes puntos de vista y sin dar la posibilidad a que los alumnos puedan dudar de lo que ven, del dónde venimos, porque pensamos. Nunca llegarán a saber que existió el paso del Mito al Logos ni que Nietzsche mató a Dios. Si el ámbito de la educación no les va a deja pensar, veo necesario hacer llegar a la mente de los jóvenes estos conocimientos, que sin lugar a dudas también son cultura general.

Sin embargo, sí que parece interesar que se empapen de conocimientos dogmáticos tales como el número de Apóstoles que siguieron a Jesús o intentar inculcar una visión del mundo actual desde un punto de vista católico, dogmático e incuestionable. Y que quede claro que la culpa no es de los docentes sino del Ministerio que obliga a dar un temario tan largo que aunque el profesor intente hacer amena la Filosofía, es imposible que exista tiempo para reflexionar sobre lo dado.

En suma, para la evolución de un ser racional es fundamental el uso de la razón. Es triste saber que la nueva generación solo conocerá a Tales de Mileto por su teorema matemático y no por el Arjé en el que el agua era el origen de todo lo existente. Si ya no está permitido ni reflexionar, acabaremos diciendo si buana cual corderos de un rebaño.