La empresa Clece cumplió recientemente 23 años como encargada de garantizar la limpieza y desinfección del Hospital El Bierzo en pro de la salud y el bienestar de los pacientes y profesionales del centro ubicado en Fuentesnuevas. Maribel Fernández y Pablo Pena, la dupla al frente de esta importante misión, han detectado que, tras la pandemia, ha cambiado la manera en la que la sociedad percibe su labor tras dos años trabajando en primera línea en todos los centros sanitarios.
“Ahora se nos tiene mucho en cuenta. Hay que pensar que, aunque venga el mejor cirujano del mundo, si el quirófano no está perfectamente limpio, no puede operar”, destaca Fernández, quien, a sus 63 años, lleva toda una vida trabajando en este hospital. Ha sido presidenta del Comité de Empresa y desde 2009 se hace cargo de un equipo de profesionales perfectamente coordinado. “Conozco el hospital al dedillo, sé dónde hay que estar y qué es lo que hay que hacer en función de las diferentes patologías que hay. Además, si hay que reforzar la limpieza en alguna zona soy la primera que arrima el hombro, lo importante es que todo esté como debe”, asevera Maribel.
También destaca las mejoras que ha habido en todos estos años en lo que a la carga física se refiere: “Cuando empecé, en el 88, limpiábamos con bayeta y fregona, era un trabajo bastante pesado. Sin embargo, desde la llegada de Clece tenemos carros ergonómicos, fregadoras industriales y maquinaria de todo tipo que nos ayudan a aliviar ese peso”.
A su experiencia se suma la juventud de Pablo en un tándem perfectamente compenetrado: “He aprendido de Maribel todo lo que hay que saber de limpieza y yo le echo una mano con la tecnología y los programas informáticos”, destaca al tiempo que pone en valor algunos elementos innovadores con los que cuenta el hospital para garantizar la seguridad de sus usuarios.
Viriato, tecnología para la desinfección
Uno de ellos es el robot Xenex al que han puesto el nombre de Viriato, una máquina de vanguardia que se utiliza como complemento al trabajo manual y que asegura la desinfección total de áreas críticas, como habitaciones de pacientes que han sido aislados, quirófanos y UCI. Además, a través de la luz ultravioleta C logra una reducción del 99,99 por ciento de la carga viral de COVID-19 en tan solo dos minutos.
Otro de los cambios que ha habido en los últimos años ha sido la incorporación de personas pertenecientes a colectivos vulnerables. Así, actualmente la plantilla cuenta entre sus profesionales con doce trabajadores con discapacidad así como con una empleada víctima de violencia de género.
Con todo, el equipo de limpieza y desinfección del hospital vuelve ahora a una relativa normalidad tras dos años de verdadero esfuerzo en los que han demostrado su valor y profesionalidad. Su respeto y cumplimiento de toda la normativa de prevención ha sido tan exhaustivo que solo dos de sus 60 miembros se ha contagiado durante el desempeño de su labor, una cifra muy baja teniendo en cuenta los riesgos a los que han estado expuestos y a los que se seguirán enfrentando de ahora en adelante tras 23 años de trabajo ejemplar.