PREMIOS MUJER 2024

Ciudad de la Energía, ¿y por qué no?

La primera vez que supimos de una fecha concreta sobre el cierre de la Central Térmica de Endesa en Cubillos del Sil fue durante el discurso del consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, Suárez Quiñones, el Día de la Encina. Pocas jornadas después, y puestos sobre aviso, el propio presidente del Consejo Comarcal del Bierzo, Gerardo Álvarez Courel, acompañado del alcalde de Cubillos, Antonio Cuellas conocieron por voz de la propia empresa sus intenciones confirmando el fatídico desenlace si nadie lo remedia.

Endesa, santo y seña del segundo gran desarrollo del Bierzo, como lo fue tiempo atrás la MSP, ¿tendrá, como tuvo la Minero Siderúrgica de Ponferrada, una gran alternativa que le suceda como motor económico y social de esta comarca? No existen visos de ello.

Se nos antoja difícil entender en el mundo presente y en el inmediato futuro algo de la energía española deje de contar con DNI berciano. Estamos de acuerdo que la lenta e insoportable agonía de la minería del carbón tenía que llegar a un punto final, para bien o para mal. En un mundo donde el libre mercado es norma, admitámoslo, nuestro mineral no puede competir en costes con el de otros puntos del planeta, si bien es cierto que  ¿en qué condiciones se trabaja en esos otros puntos del globo terráqueo? Además, no concebimos cómo países tan eruditos y poderosos como Alemania confían en su carbón rodeándolo de los mayores gastos en investigación para su uso, degradando lo menos posible el medio ambiente, mientras nosotros nos encontramos prácticamente sin posibilidad de alguna vía de apoyo con ese concepto. Nos vendieron muy bien la quema limpia del carbón, cuando no la tenían ni pensada sobre el pizarrín del científico estatal de turno. Eran tiempos del PSOE de Zapatero, el que nos concedió el sueño de retomar una idea de la entonces concejala Charo Velasco, llamada “Ciudad de la Energía”.

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Las ideas remotas como una marca de calidad, una certificación de origen del carbón, no son sino ocurrencias incompatibles con la ley. El proteccionismo, como cuando hace siglos España garantizaba las manufacturas textiles catalanas en el amplio mercado colonial sin injerencias extranjeras, británicas para ser exactos, es impensable en una Unión Europea concebida como un mercado común. A no ser que aceptemos el carbón polaco, la hulla germana y nuestra antracita en similares condiciones preferenciales frente al resto de carbones traídos de otros continentes. Política ficción que Dios te crió. No se ponen de acuerdo ni para permanecer unidos.

Endesa, el símbolo que se nos cae. El Bierzo como tierra ligada a la energía sí tiene escrita con llama de carbón, con turbina hidráulica y con aspa de molinillo eólico su página de oro en España y en el sector. ¿Por qué tiene que ser una locura apostar por la Ciudad de la Energía? ¿Acaso una pequeña ciudad de provincias, como gustan en tildar a la capital berciana en Madrid, no se ha ganado el derecho a reivindicar su papel en la historia de la energía española? Hemos recuperado, con dinero de todos, la vieja Central de la MSP, tenemos un enorme edificio para museo y unas oficinas vacías, sin contenido, sin sacarle el partido necesario por falta de financiación. La recuperación del entorno de la Fuente del Azufre, el pleito con los terrenos bajo el Puente del Centenario… De acuerdo, el megaproyecto del socialismo, personificado en aquel arrogante Azuara se nos antoja imposible por la crisis actual. ¿Pero al menos terminemos lo ya comenzado; démosle vida y empujemos el proyecto hasta redimensionarlo en su justa medida, o no?

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La actual dirección general de lo que ahora es Fundación Ciudad de la Energía ha realizado los deberes que desde Madrid, y más concretamente, el cesado ministro Soria, dictó para este proyecto. La mayor parte de la sociedad berciana aplaudió la reducción del personal por tratarse de un auténtico coladero de un color político. Se habían mezclado profesionales con enchufados. Nadie lo pone en solfa ya. Asumimos estoicamente el recorte de un sueño faraónico por acción y efecto de el estrechamiento de los presupuestos del Estado. Cuatro años después ahí sobreviven los laboratorios y oficinas en Cubillos, el Museo de la Térmica y los viveros de Igüeña. Pero eso se nos queda corto. No podemos vivir acomplejados y quedarnos de brazos cruzados pensando que eso era todo, no. La lluvia de peticiones sobre plantas de biomasa comienzan a producirse ante el anuncio de inversiones millonarias por parte de la Junta de Castilla y León. Hoy una en Ponferrada, mañana otra en Bembibre, pasado …. ¿A lo mejor va a resultar que sí, que el Bierzo sigue teniendo algo que decir en materia de producción energética? ¿Y la planta de palas eólicas en Santo Tomás que ha resistido el embite de los cierres industriales?

Está claro, quizás no con las dimensiones de otras épocas, ni las transformaciones paisajísticas y sociales, pero esta tierra tiene aún mucho qué aportar; ¿por qué no vamos a reivindicar una  Ciudad de la Energía a medio camino entre el parque temático Xanadú que se ideó y el angosto Corral de la Pacheca en que parece quedarse?