Continúan las muestras de rechazo a los proyectos eólicos de Repsol de poner en marcha tres parques eólicos en la Sierra de Gistredo y el Alto Sil. En este caso son más de 260 científicos los que alertan sobre el impacto negativo que estas instalaciones tendrían en el hábitat de los últimos urogallos de la Cordillera Cantábrica. Se trata de investigadores de diversas nacionalidades, incluyendo Suiza, Reino Unido, Estados Unidos, Japón, Italia, Polonia, Alemania y Portugal, que se han unido en un manifiesto que defiende la conservación de esta región. ‘Manifestamos nuestra profunda preocupación y oposición a los proyectos de instalación de parques eólicos en la Sierra de Gistredo y Alto Sil. Este territorio es un enclave de extraordinario valor ecológico’, reza en el escrito.
Entre los firmantes, se encuentran muchos estudiosos de la ecología y del comportamiento de especies en peligro, como el urogallo cantábrico y el oso pardo, que aseguran que las poblaciones de estas especies se verían amenazadas por la construcción de tres complejos eólicos que incluirían más de 40 aerogeneradores y sus infraestructuras auxiliares. El Alto Sil, conocido por su rica biodiversidad y su estado de conservación, alberga especies amenazadas y endémicas, y los científicos advierten que estos proyectos podrían provocar una pérdida irreversible de hábitat.
El manifiesto, promovido por la Plataforma para la Defensa de la Cordillera Cantábrica, sostiene que la transición energética no debe comprometer la riqueza natural de la región ni de otras áreas similares. Con su firma, estos expertos buscan proteger uno de los paisajes montañosos mejor conservados de España, argumentando que la conservación de la naturaleza debe ser prioritaria en cualquier iniciativa de desarrollo energético.
Sí el Sol y el aire esde todos, ¿porqué unos pocos quieren aprovecharse y especular, perjudicando a otros muchos?. Basta yá de placas y molinos, ni generan empleo de futuro, ni riqueza en EL BIERZO.