Castilla y León incorporará los nuevos test rápidos de antígenos para detectar positivos de COVID-19 en entre 15 y 30 minutos. Ya se ha comprado y distribuido un primer lote en Salamanca, con 6.375, y Valladolid, y el objetivo es que mañana llegue al resto de áreas sanitarias, con el protocolo de actuación indicado.
Las pruebas, en principio, se dirigirán a Atención Primaria para el despistaje de casos y serán complementarias a las PCR. Así lo avanzó la consejera de Sanidad, Verónica Casado, en la rueda de prensa para informar de la evolución de la situación epidemiológica en la Comunidad.
A juicio de Casado, se trata de un “gran método” de ‘screening’, que llega para rebajar mucho los tiempos de espera, y que se dirigirá a pacientes sintomáticos, con tos, fiebre, diarrea, sin olfato, ya que está demostrado que es con los que mejor funciona. No obstante, precisó que se trata de un test con una sensibilidad del 93 por ciento, y una especificidad del 97. “Es un buen test”, que llega en un momento en el que será muy útil para descartar gripes, catarros y otras patologías habituales del otoño con síntomas que también provoca el coronavirus.
La ventaja de los test de antígenos de segunda generación es la inmediatez, que conllevará un mejor control de la pandemia puesto que los resultados se conocerán en el momento y se podrá iniciar, en caso de positivos, aislamientos y cuarentenas sin esperas.
La muestra se obtiene por vía nasofaríngea, a través de un hisopo, y el resultado se obtiene en 15 minutos, de manera que el paciente conoce el resultado en el momento de hacerse la prueba y, de manera inmediata, se procede a rastrear sus contactos en caso de resultado positivo.
Los pacientes a los que se les vaya a realizar este tipo de test recibirán cita desde su centro de salud de la misma manera que se venía haciendo hasta ahora.
La incorporación de los antígenos de segunda generación es una de las recomendaciones que el grupo de expertos trasladó el pasado viernes al Consejo de Gobierno al pleno, con el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, a la cabeza, y donde se determinó la nueva estrategia que seguirá Castilla y León para hacer frente a la pandemia.
En el encuentro se llegó a la conclusión de que “ciencia y política deben ir de la mano”, y que todas las decisiones deben basarse en la mejor evidencia posible. Casado recordó que los expertos se mostraron contrarios a un nuevo estado de alarma, pero sí a favor de confinamientos controlados y medidas restrictivas parciales; y a que la gestión de la Junta sea auditada, con independencia de lo que se decida en el seno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS), de forma “objetiva y científica”, tal y como ha reclamado una veintena de científicos españoles a través de un artículo conjunto publicado en la revista ‘The Lancet’.
También, se mostraron a favor de concienciar a los jóvenes y a los universitarios de su papel en esta guerra, a que las cuarentenas pasen de 14 a diez días, para mejorar la adherencia; a desdoblar los circuitos Covid y no Covid en hospitales y en Atención Primaria, así como a contar con un almacén estratégico de equipos de protección y médicos, y a contar con las llamadas ‘Arcás de Noé’ para quienes no pueden hacer la cuarentena en sus hogares, entre otras medidas.