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La nueva Estrategia de Recursos Minerales de Castilla y León 2016-2020 prevé aumentar actividad y empleo en el sector

La evolución de los sectores mineros durante ha crisis ha sido muy dispar, En la Comunidad, además del carbón y la pizarra, hay yacimientos de aguas mineromedicinales, piedra ornamental, wolframio, uranio o magnesita
Explotación de pizarra en Benuza

La Consejería de Economía y Hacienda abrió este viernes a la participación social, a través del portal de Gobierno Abierto de la Junta, la nueva Estrategia de Recursos Minerales de Castilla y León 2016-2020, diseñada con el fin de impulsar la actividad productiva y la creación de empleo en torno al patrimonio geominero autonómico.

En ella se apunta a un “enorme y variado potencial” de los recursos minerales en Castilla y León dado tanto a la extensión geográfica de la Comunidad como por la amplia diversidad geológica. En la Comunidad, además del carbón y la pizarra, hay yacimientos de aguas mineromedicinales, piedra ornamental, wolframio, uranio o magnesita.

Con esta base, se ha detectado un “favorable e interesante” potencial minero de minería metálica, industrial, energética, rocas ornamentales, productos de cantera y aguas minerales y termales. De hecho, y según los últimos datos oficiales procedentes de la Estadística Minera de España elaborado por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo correspondientes a 2014, Castilla y León es la tercera Comunidad en valor de producción, con un 12 por ciento, tan solo superada por Andalucía y Cataluña, mientras que en relación al empleo, Castilla y León es la segunda Comunidad con mayor número de trabajadores, que suponen el 13,9 por ciento, solo superada por Andalucía, que supera el 18 por ciento.

De acuerdo con esos mismos datos oficiales, la actividad minera nacional alcanzó un volumen de negocio de 3.017 millones de euros, dando empleo a 28.674 trabajadores repartidos en 2.896 explotaciones. En Castilla y León, para ese mismo año, se contabilizaron 483 explotaciones activas, con 4.004 trabajadores y un volumen de negocio cercano a los 362,5 millones de euros.

Con respecto a los minerales energéticos, Castilla y León destaca en la producción de carbón, materia en la que ocupa el primer puesto en valor de la producción, con un 32,4 por ciento; el de los minerales industriales, donde se posiciona en segundo lugar en relación al valor de la producción, con un 16,4 por ciento, y los de las rocas ornamentales y los productos de cantera, en los cuales se posiciona en tercer lugar, con unos valores de producción cercanos al 16,3 por ciento y 9,4 por ciento respectivamente.

La evolución de los diferentes sectores mineros en los últimos años, con la incidencia de la crisis económica, ha sido muy dispar. Desde 2007 el sector de los minerales industriales en Castilla y León apenas se ha visto afectado por esta situación, debido a que los productos comercializados no están directamente ligados con la demanda de materiales de la construcción y obra civil. De todas las explotaciones destacan, por su singularidad y tonelaje vendible, las de glauberita y feldespato potásico, que aportan respectivamente el 77,4 y el 66,12 por ciento de la producción nacional, la de attapulgita que representa el total de la producción nacional y las de cuarzo y caolín lavado, que contribuyen a la producción nacional con un 25,7 y 31,4 por ciento respectivamente.

Todo lo contrario ocurre con el sector de los productos de cantera, debido a que las principales sustancias incluidas en este sector se explotan en su mayor parte para cubrir la demanda de los sectores de la construcción y obra civil. Finalmente, si se observa la evolución que ha tenido el sector de la minería energética en Castilla y León durante el período 2007-2014 se observa una tendencia bajista, en volumen de negocio, lo que se ha traducido también en un descenso del número de explotaciones y trabajadores.

En cuanto a las previsiones de futuro, el sector de la minería presenta unas perspectivas halagüeñas, que se pueden traducir en una producción constante o creciente para casi todas las sustancias. Además, Castilla y León atesora un potencial minero “muy interesante”, capaz de atraer inversiones para la investigación y la explotación de sus recursos minerales, si bien, el grado de desarrollo que alcance la minería en el futuro ha de superar un licenciamiento social cada vez más inclusivo a la vez que un marco normativo que de manera unánime requiere su perfeccionamiento y adaptación a los tiempos que corren.

Minería de carbón

El carbón sigue siendo una de las fuentes punteras en cuanto a producción energía en Castilla y León con casi un tercio del total, solo superada por la energía de origen eólico. Sin embargo, la procedencia del carbón ha cambiado de forma radical en detrimento del mineral autóctono como demuestra el hecho de que la producción minera de carbón cayó un 65,3 por ciento durante 2015 sin poder competir con los precios y eficiencia del carbón importado para las grandes centrales térmicas de León y Palencia.

Los datos recogidos en la memoria del Ente Regional de la Energía (EREN) de Castilla y León apuntan a que la producción regional cayó desde los 1,04 millones de toneladas en 2014 a las 362.565 toneladas del 2015, y la caída fue más fuerte en antracita que en hulla.

La Estrategia de Recursos Minerales de Castilla y León presenta un nexo común con el Plan de Dinamización de las Comarcas Mineras como es la valorización económica territorial de los municipios mineros del carbón a través de la implementación de determinadas actuaciones, las cuales se financiarán conjugando tanto fondos procedentes del Marco de Actuación para la Minería del Carbón y las Comarcas Mineras en el periodo 2013-2018 como fondos autónomos afectos al referido Plan de Dinamización.