El cielo todavía invernal está gris y al pasar por Valdeprado, que da nombre al puerto, al arroyo y al valle, y también a la carretera, están cayendo algunos copos. Es la carretera a Cerredo (o Zarreú), o carretera de Valdeprado, según quien lo diga. Para los habitantes de Cerredo, como Ibias y Degaña en ese suroeste asturiano, reunidos en los varios bares que todavía quedan abiertos en esta localidad de alma minera frente a las inmensas instalaciones de la que fue una gigantesca explotación de carbón, es la carretera para ir a Páramo del Sil y a Ponferrada, salir a la meseta y encaminarse a Madrid.
El vial fue construido por una empresa minera que llevaba el carbón de Cerredo a Anllares. En su parte asturiana, ha pasado a ser de titularidad pública hace unas semanas. Para los kilómetros por los que transcurre al sur del límite provincial entre Oviedo y León, todavía esta cuestión está pendiente. Los ayuntamientos de Degaña, Páramo del Sil y Palacios han trabajado durante años para recoger la documentación necesaria, descubrir a quién correspondía la titularidad de esta infraestructura, una vez desaparecida la empresa privada que era la propietaria, para completar el expediente y ponerlo sobre la mesa de las respectivas consejerías de Fomento. En Asturias, el proceso ya se ha completado con éxito; en Castilla y León, solo falta que en Valladolid hagan lo propio. En el Alto Sil, están expectantes por que esto suceda. También en la zona suroeste de Asturias, donde muchos habitantes se siguen sirviendo de ella.
La carretera, que sale de las inmediaciones de la demolida central de Anllares, discurre más por Páramo pero a ratos dibuja la linde entre los dos términos municipales bercianos y, de hecho, Valdeprado pertenece a Palacios. A pesar de su antigüedad, el firme es robusto y compacto, es muy ancha y sólo adolece de algunos baches causados por el tráfico de vehículos pesados, que todavía la siguen utilizando. Es una buena carretera que fue construída para resistir y durar, mencionan casi todos los que hablan de ella.
En lo que parece ser un descanso obligado en el camino, se encuentra la fuente de los Gacheos, un chorro vivo de agua montaraz y fresca donde un matrimonio se ha parado a llenar la cantimplora. Ella es de Degaña, donde viven, y él, de Páramo. Lamentan que la falta de cuidado hace recordar los tiempos pasados como épocas en los que el asfalto de esta carretera estaba mejor, por ejemplo cuando hizo algunos arreglos alguno de aquellos empresarios del carbón a los que se les conocía simplemente por el nombre de pila.
Cuando esta conexión se encontraba en un estado más adecuado, costaba menos animarse a usarla para, por ejemplo, ir a Ponferrada al Tres Portiñas, el sábado, a comer el pulpo. Esta pareja explica que hacen falta arreglos sobre todo en dos tramos: al inicio y al final; y que otro problema es que no hay gasolinera en Degaña, con lo que tienen que ir a Villablino, Cangas o Páramo. Aún así la siguen utilizando y mucho, para bajar al Alto Sil y a Ponferrada.
Más arriba en la ruta, tras pasar Valdeprado, donde la venta junto a la carretera esta cerrada, nacen un par de senderos. Por uno de ellos, se llega a las lagunas de Fasgueo (o Fasguéu) y, según dicen algunas guías, si se está en forma se puede continuar y subir los 1.985 metros del Miro, ver el pozo Cheiroso y volver a Valdeprado.
Al poco de dejar de subir, un mirador, con su panel explicativo totalmente cubierto de nieve, nos saluda nada más entrar en Asturias, o eso cabe interpretar en el mapa, pues en esta carretera no hay (todavía) señalización que indique el cambio de provincia y de titularidad, entre los kilómetros que ya pertenecen al Principado y los que, en el futuro, serán de la Junta.
En Cerredo, hablan de esta carretera y de esta conexión con una vitalidad que asombra. Expresan que siempre ha habido más relación con Ponferrada “que con Asturias” y que, aunque el cine lo tienen a 20 minutos en Villablino, la capital del Bierzo sigue siendo un enclave con el que existen vínculos laborales, de ocio y de servicios.
Tardan, explican, una hora y media a Oviedo pero 50 minutos a Ponferrada. Nos hablan del Zara, de las compras de Navidad, de gente que trabaja en la capital del Bierzo. La clínica u otros servicios que hay en Ponferrada también tienen su acceso por esta carretera, a través de la cual existe un vínculo de esta zona de Asturias con el Alto Sil y el Bierzo que la mejora del vial podría revitalizar. Conocen, claro está, al alcalde de Páramo, Ángel Calvo, al que describen como una persona “desbordante de entusiasmo”.
Los asturianos de estas zonas que viven en Ponferrada la conocen palmo a palmo y entonan el “a ver si la arreglan ya”. Esas mejoras en la carretera a Cerredo o carretera de Valdeprado requieren que se arregle el papeleo y se aclare su titularidad. La ventaja del Principado, explican algunos impulsores de esta vieja reivindicación, es que quizá ha podido liquidar este asunto, de unos pocos kilómetros, con más agilidad por ser una comunidad más pequeña. En cualquier caso, es de esperar que el cierre de este expediente en la Junta sea no más que una cuestión de tiempo.
La ciudad de Ponferrada, aunque habiendo perdido aquel magnetismo que la convirtió en “la ciudad del Dólar”, sigue manteniendo un estatus de centro de servicios y de oportunidades de trabajo para muchas personas, localidades y comarcas en un radio considerable de kilómetros. La mejora de las comunicaciones con los municipios y áreas cercanas habrá de redundar, esperan de Cerredo a Páramo, en una mejora de las condiciones en las que los habitantes de estas zonas podrán seguir incorporándose mutuamente en nuevos capítulos de sus respectivas biografías.