‘Stuka’, la tercera novela del periodista y escritor berciano Carlos Fidalgo, llega este fin de semana a las librerías, tras conseguir en el mes de enero el premio Letras del Mediterráneo a la mejor novela histórica. El libro, ambientado a caballo entre Berlín y la zona del Alto Maestrazgo, en Castellón, tiene como protagonista a un piloto alemán de uno de estos siniestros aviones diseñados por la Luftwaffe, la fuerza aérea nazi, para aterrorizar a la población, aunque el verdadero tema de fondo, explica el autor, es la identidad sexual y la violencia que sufren las mujeres durante los conflictos armados, a través de las experiencias de una trabajadora extranjera, semiesclavizada en una fábrica de aviones en la capital del Tercer Reich, y de una adolescente evacuada de Madrid y refugiada en uno de los pueblos de Castellón bombardeados por estas temibles máquinas de matar.
Por las páginas de esta novela histórica desfilan personajes reales como Jesse Owens, el atleta afroamericano que logró cuatro medallas de oro en los Juegos de Berlín, el escritor Thomas Wolfe, que visitó la capital alemana en 1936, o los ases de la aviación Ernst Udet y Hans-Ulrich Rudel. También resuena la voz de Clare Holligworth, la reportera inglesa que adelantó en exclusiva la invasión de los nazis de Polonia, y con cuyo punto de vista se identifica el autor. “Es una mujer fascinada por la guerra porque la horroriza, que es lo mismo que me pasa a mí”, reconoce Fidalgo, que admite que los conflictos bélicos son un elemento dramático de primer nivel para contar historias pero defiende que “hay que contarlos como lo que son: una pesadilla”.
Publicada por Algaida Editores, ‘Stuka’ también recupera la historia de este un avión con alas de gaviota invertida, capaz de lanzarse en picado y remontar el vuelo después de soltar una bomba. Diseñado por la empresa Junkers, el Sturzkampfllugezug o Stuka se estrenó en combate durante la Guerra Civil española dentro de la Legión Cóndor. Posteriormente, participó en la invasión de Polonia que dio inicio a la Segunda Guerra Mundial.
Desde 1939 incorporó unas sirenas, conocidas como Trompetas de Jericó, que aterrorizaron a las víctimas de sus bombardeos. Este avión, “diseñado para matar con la mayor precisión posible y causar terror mientras lo hacía” se reinventó como arma antitanque durante la campaña alemana en Rusia.
Tres escenarios y un epílogo
Con licencias propias del universo literario, Fidalgo se sumerge en una profusa documentación para dibujar los tres escenarios en los que transcurre la historia. En primer lugar, los pueblos del Alto Maestrazgo de Castellón que fueron víctimas de los bombardeos de los primeros Stukas, durante el avance de las tropas de Franco para cortar en dos el territorio de la República en la primavera de 1938.
Estos ataques, cuya similitud con el sufrido por Gernika genera polémica entre los historiadores, fueron objeto del documental galardonado con un Premio Goya ‘Experimento Stuka’, de Rafa Molés y Pepe Andreu. La novela narra lo ocurrido especialmente en la villa de Benassal, a donde el autor viajó de la mano de la Diputación de Castellón como finalista de los premios Letras del Mediterráneo. Esta población fue bombardeada a finales de mayo de 1938 por la Legión Cóndor, provocando un importante número de víctimas, principalmente civiles.
El otro gran escenario de la novela es Berlín, que aparece retratada en dos momentos diferentes de su historia. Primero, en el verano de 1936, cuando la capital alemana fue sede de los Juegos Olímpicos y sus cabarets y salas de espectáculos entretenían a la flor y nata de la sociedad nazi. Más tarde, el libro regresa a una ciudad cercada por los soviéticos y bombardeada por los aliados, en abril de 1945, con Hitler encerrado en el búnker de la Cancillería. “El Berlín del que yo hablo no existe ya”, recalca el autor.
Al respecto, Fidalgo explica que el germen de esta novela se encuentra en la investigación que llevó a cabo para escribir su anterior libro, ‘Septiembre Negro’, una serie de relatos sobre los aspectos más oscuros de la historia del deporte olímpico. En ella también se habla de la “monumental operación de propaganda” que el régimen nazi llevó a cabo para ocultar a los gitanos y disfrazar su racismo para acoger a los atletas extranjeros.
Además, el epílogo de la obra presenta un cuarto escenario, el del aeródromo de la localidad leonesa de La Virgen del Camino, donde la Legión Cóndor se despide de España, rodeada de los principales jerarcas del régimen franquista. “Me pareció un buen broche terminar en la tierra”, explica el berciano, que destaca que este epílogo “cierra un círculo”con el prólogo en torno a las famosas Trompetas de Jericó, las alarmas instaladas en los Stukas para sembrar el terror psicológico entre la población, estrenadas durante la invasión de Polonia. “Es un guiño que me ayuda a cerrar la novela en el punto en el que empieza”, afirma Fidalgo.
Víctimas con ocasión para la revancha
En cuanto a los personajes principales, la novela orbita en torno al piloto alemán Heiko Weber, un nazi convencido aunque atormentado por las dudas sobre su identidad sexual en un régimen que castiga cualquier desviación. En las páginas del libro, Weber foguea su Stuka en los cielos de Castellón, durante la Guerra Civil española, y en las llanuras de Ucrania, en el momento de la retirada alemana del frente ruso.
Dos mujeres se encuentran bajo la amenaza, metafórica y literal, de este protagonista. Por un lado, Aurora Lozano, una adolescente evacuada de Madrid a Levante junto a su madre y sus hermanos durante el primer otoño de la Guerra Civil. Aurora huye de los bombardeos que castigan el centro de su ciudad para descubrir que no hay lugar donde ponerse a salvo. Por otro lado, Olena Holub es una joven ucraniana, deportada a Berlín junto a su padre y una hermana para servir como mano de obra semiesclava en una fábrica de aviones.
A punto de que el régimen se derrumbe, Olena deambula en busca de su padre por un Berlín devastado por las bombas, una ciudad de pesadilla, con hombres ahorcados por cobardes, familias que se suicidan y muchachas que pierden la virginidad en los parques antes de que de sufrir una violación a manos de los soldados del Ejército Rojo. “Son víctimas pero hay una ocasión de revancha”, avanza Fidalgo, que asegura que esta “especie de revancha” aporta un poco de luz a una trama oscura por los “temas duros” que aborda, entre los que destaca el uso de la violación como arma de guerra.
“En mis novelas me gusta que haya un conflicto y un cierto misterio”, reconoce el escritor berciano, que destaca que esta novela histórica está “anclada por personajes reales que hacen avanzar la trama”. Natural de Bembibre, Fidalgo combina su labor como escritor con la de redactor y columnista del Diario de León. Su primera novela, ‘El agujero de Helmand’, una obra ambientada en la guerra de Afganistán, le valió para alzarse con el Premio Tristana de literatura fantástica.
La siguiente historia novelada fue ‘La sombra blanca’, un relato de fantasmas en las trincheras de la Primera Guerra Mundial. Ahora, Fidalgo aborda en ‘Stuka’ el otro gran conflicto bélico del siglo pasado. Además, el berciano es autor de otros tres libros de relatos: ‘El país de las nieblas’, ‘Tierra adentro y otros cuentos de naufragio’ y ‘Septiembre Negro’, con el que ganó el Premio Tiflos.