Los inviernos tienen en la nieve su máximo exponente estético: vuelve luminosas las lomas, que casi hace visibles a la luz de la luna; sirve de materia prima, junto a las piedras y una zanahoria, para construir los tradicionales muñecos; y es usada asimismo en ardientes guerras de bolas o como alfombra sobre la que deslizarse con los esquís, trineos o bolsas de plástico, según lo que cada cual tenga a la mano.
Pero además de la nieve, también el hielo hace acto de presencia en estas fechas invernales. Con los riesgos que conlleva para el tráfico, como bien hemos sido precavidos durante estas jornadas de gota fría. En los estanques y fuentes muchas veces se vuelve un espejo que incluso pone en riesgo estas estructuras y desde los tejados, sobre todo en los pueblos de las zonas de altura, aparece el hielo por medio de unas formas cónicas, como estalactitas hechas de puro y mero frío, cuyo nombre más extendido es el de “carámbanos”.
Pero en el Bierzo recibe varios más. Dos de ellos serían chupóis o carambelo (este último, junto a carambo, recogido por la Academia de la lengua gallega; la asturiana recoge carambelu, junto a calambru), cuentan los etnógrafos. Como suele ser habitual en el oeste de la provincia de León con las denominaciones populares de según qué cosas, las variaciones entre las distintas zonas repercuten en una mayor variedad léxica que incrementa todavía más el acervo de endemismos de la comarca.
Si conoces alguna forma más de llamar a los carámbanos en el Bierzo, ¡no dudes en dejar un comentario!
” Chupetes” y ” estalactitas de cristal ”
Espadas y cuchillos de hielo. Agujas afiladas de hielo.
Gracias !!