Candidatos y Candelarias

Tampoco ha sido capaz la fiesta de las Candelas, de arrojar la luz de la que habla la liturgia en la presentación del Niño en el Templo, para alumbrar el nombre del candidato más esperado. Dicho con más propiedad, del candidato del partido más votado en las últimas elecciones municipales. El Popular. En la casa grande se lo toman con calma. Ha dicho la dirección de Madrid, que hasta febrero no habría nombres sobre la mesa. En febrero ya estamos, y el 24 de mayo, -día de la auténtica purificación-, llegará en un suspiro. Aprovechando esa referencia a la luz de los cirios y las candelas, recordamos que la Ley de Moisés mandaba que a los 40 días, el niño debía ser presentado en el templo y la madre tenía que realizar el rito de la purificación, quedando el pequeño como símbolo de la luz que iluminaría el buen camino de todas las naciones.

A punto están de cumplirse los cuarenta días del año nuevo, y el cabeza de lista del PP al Ayuntamiento de Ponferrada, es un dibujo de sombras movidas, conjeturas y apuestas que provoca justamente el efecto contrario, el de la penumbra. Los comités de campaña, no se han puesto todavía, en serio, manos a la obra, fuera a aparte que diría nuestro Herrera, de la gran convención de la pasada semana en Madrid. Esta demora no sólo del PP, sino de otros que dicen que también se presentarán aunque tampoco han querido encender todavía su candelaria, contrasta con otras formaciones que ya lo tienen claro, ya lo tienen presentado y ya están dando “la lata electoral”, que es lo que toca, a diestro y siniestro.

El arte de gobernar, requiere decisiones acertadas y meditadas, y más estando el corralito de revuelto como se presenta.  Meditadas sí, pero no ralentizadas. Además tampoco es que haya tantas opciones para encabezar. Sean quienes sean los candidatos en el PP, en IAP, en IU, en el PB y los que decidan presentarse, tendrán que doblegarse esfuerzos para andar el camino que les llevan de delantera, otras formaciones, especialmente la que compite como otro gran partido mayoritario que es el PSOE.

A mí como votante de este sistema democrático de nuestro país, me gustaría que se jugara en igualdad de condiciones, y todos los grupos políticos, manifestaran a la vez, sus cabezas de lista. Sería la mejor manera de comprobar como trabajan unos y otros, con el mismo tiempo de por medio. Parecido al sector del comercio, el mismo horario para todos, y el que mejor domine el arte de la oferta, conseguirá las mejores ventas. Hay que empezar cuanto antes, que va a acabar el periodo de rebajas, y todavía no hay prenda oficial en el escaparate.

Queremos saber, lo que son capaces de hacer por la polis, ese gran vocablo, del que deriva la política. Ahora es el momento de empezar a labrar esa micropolítica que suponen ser unas elecciones municipales, frente a la macropolítica de las generales, donde el contacto directo con el contribuyente, o votante brilla por su ausencia.  Estamos esperando como agua de “24 de mayo” la purificación de los candidatos que todavía son incógnita, aunque más bien lo que necesitamos de verdad es que el que se ponga, o mejor dicho el que salga de las urnas, ilumine de verdad el futuro de nuestro municipio, cada vez más necesitado de cirios.

¡Pero cirios de cera, velas para iluminar!; no el cirio en su sentido de trifulca y jaleo, que ya los hemos empezado a escuchar, y que se avecinan en forma de escándalos, como en cada contienda electoral. Creo que es desacertado, comenzar una campaña, dando “caña al mono” por estar en el otro lado. Es imposible amortizar el recurso del “y tú más,…escupir para arriba”.

Hay un hartazgo generalizado que ocupa tierra, mar y aire, en nuestro municipio, provincia, comunidad autónoma y país. Los ciudadanos queremos ideas nuevas, programas y proyectos. ¡De tirarse los tiestos han tenido tiempo los cuatro años anteriores y los que les quedan!. Céntrense y muestren sus cartas de futuro. Sus propuestas, sus programas electorales, con etiquetas claras, como en la rebajas,  que se puedan cambiar, dentro de  4 años si la prenda no nos ha gustado.

Jesús, el niño al que acaban de presentar en el Templo para la purificación, predicó la igualdad, la justicia y la fraternidad entre todos los hombres, y ya entonces le metieron en la casilla política del “primer comunista”. Cumpliéndose esos ideales, a mí que me llamen desde ya, María Jesús.