Fomentar el turismo de naturaleza y deporte, combinando la historia y el patrimonio. Es el objetivo de la intervención que la Junta de Castilla y León acomete en el Canal Norte 2, CN2, que une la localidad de Peñalba de Santiago, en el municipio de Ponferrada, con el Campo de Braña, en Borrenes, ya dentro del espacio Patrimonio de la Humanidad de Las Médulas.
La obra recupera uno de los canales que llevaba agua a estas minas de oro romanas, de donde se sacaron toneladas de ese metal. Son 60 kilómetros por donde se podrá pasear pero también disfrutar de la bicicleta, con una ruta BTT cuyo trazado sigue parcialmente este canal y al que se le suman importantes descensos para hacer las delicias de los amantes de este deporte.
A esto se añade el elemento histórico, ya que los usuarios podrán descubrir, a lo largo del recorrido, la historia de los canales romanos y de la explotación aurífera de Las Médulas gracias a los paneles informativos que se colocarán con todos los datos relevantes de ese espacio.
“El proyecto lleva varias actuaciones. Por un lado la recuperación, mediante desbroce y cajeado manual, del canal y luego la construcción de cuatro rutas de descenso para mountain bike, que alguna comienza desde una altura de 1.900 metros y acaba en 500. Comparten, en algún tramo, el canal, pero después lo abandonan para descender. Tres de ellas salen del entorno de La Aquiana y bajan por diferentes aristas hacia las localidades de San Clemente y Villanueva de Valdueza”, explica el coordinador provincial de la Fundación Patrimonio Natural de la Junta de Castilla y León, Eduardo Álvarez, que se encarga de esta obra.
Con ella se recupera uno de los canales más desconocidos, ya que los de la vertiente sur de Las Médulas están más conservados y documentados. Eso sí, la intervención es muy leve para no dañar, de ninguna manera, los restos romanos. Una vez eliminada toda la maleza que tapaba el canal, los operarios realizan un cajeado manual de aproximadamente un metro de anchura para permitir el paso de senderistas y bicicletas, pero sin excavar ni utilizar ninguna maquinaria para no dañar la zona, ya de por sí muy erosionada en algunos tramos debido al paso del tiempo. Todo ello se completa con la construcción de las rutas de descenso para mountain bike.
“A la hora de construir senderos para mountain bike estamos replicando modelos que ya hemos utilizado en otros lugares, como en Zona Alfa León, y las técnicas constructivas del ‘trail building’. Se aplican criterios de construcción sostenibles, disminuyendo los procesos erosivos para que el uso de la bicicleta no dañe el terreno, con unos recorridos en los que el frenado sea mínimo, con contrapendientes y descensos de velocidad”, detalla Álvarez.
Esos tramos especiales para bicicletas serán de dificultad alta y estarán debidamente señalizados, “seguramente de color negro o doble negro”, según los colores que se aplican teniendo en cuenta la dificultad de los recorridos.
A la vez todo el canal será peatonal para aquellos que simplemente quieran hacer senderismo, pasando por diferentes pueblos de los municipios de Ponferrada, Priaranza del Bierzo y Borrenes, donde finaliza este CN2. Todo con una mínima pendiente, apenas perceptible, la que se usaba para que el agua bajase hasta la mina, y rodeados de espectaculares paisajes.
La intervención ha suscitado de algunos sectores, que han advertido de la posible destrucción de este canal. En este sentido Álvarez recuerda que este camino “lleva usándose por bicicletas, paseantes y motos durante décadas. Lo único que hacemos es recuperar toda esa longitud, con todas las autorizaciones pertinentes, desde los propietarios a las juntas vecinales por donde discurre el canal, los Ayuntamientos de Ponferrada, Priaranza del Bierzo y Borrenes, el informe de afecciones de Medio Natural de la Junta y el informe de la comisión de Patrimonio Cultural de la Junta, que tiene sus propias condiciones, como por ejemplo la obligatoriedad de hacer un seguimiento arqueológico. Tenemos un arqueólogo que sigue las obras”, explica.
El técnico también insiste en que la intervención que se está haciendo es muy leve y que gracias a la puesta en marcha de este proyecto turístico el canal estará más protegido porque desde ese momento ya no podrán pasar por él vehículos con motor. “Cuando se oye la palabra ‘obra’ la gente piensa en algo muy grande. Aquí es algo muy leve, sin maquinaria, todo a mano. No hay ningún peligro”, matiza.
El CN2
El CN2 es uno de los dos canales que discurren por la vertiente norte hacia Las Médulas. En la vertiente sur hay cinco, mejor conservados y más conocidos, en Llamas de Cabrera o Puente de Domingo Flórez. Tienen más de 2.000 años y en ellos se han ido haciendo cosas poco a poco. “Nosotros lo que queríamos era recuperar la traza de un canal completo e intentar ayudar al desarrollo socioeconómico de todos los pueblos que están en las proximidades de la traza del canal”, dice Álvarez.
Este canal es una de las construcciones romanas, vinculadas a Las Médulas, menos conocido a pesar de que los vecinos lo han recorrido durante años para desplazarse entre fincas y mover el ganado. Gracias a los estudios que se han hecho ahora, se descubrió que la traza no iba por donde los expertos creían. “Esto ha servido para conocer cual era la traza definitiva. Se pensaba, sobre el mapa, que iba por un sitio y hemos visto que no, que en un determinado punto desciende y enlaza con el CN1. Eso es importante. Habrá que hacer algún tipo de publicación al respecto”, considera el responsable del proyecto.
“Cuando vimos donde acababa este canal surgió la opción de poder comunicar dos de los pueblos más turísticos del Bierzo, como son Peñalba de Santiago y Montes de Valdueza, con Las Médulas a través de una traza de un antiguo canal romano. Parece un producto turístico perfecto”, añade.
El estado de conservación es variable, con lugares en los que se ve perfectamente el cajeado en la roca y otros completamente perdidos por la vegetación y los procesos erosivos de la ladera debido a la lluvia, el hielo, la nieve o los incendios. “Esa es una de las grandes dificultades que nos hemos encontrado a la hora de ejecutar la obra porque en 40 de esos 60 kilómetros no había vestigios. Ha ido que ir buscando la traza”, asegura.
La ruta se completará con la reconstrucción, en el entorno de la Cueva de San Genadio, de unos 30 metros de canal tal y como los romanos lo construyeron. Se hará con piedra en seco con el objetivo de que los turistas vean cómo era. “Se trata de replicar el tipo de construcción de los que se conservan en la vertiente sur. Se explicará que es una réplica”, aclara.
La idea es que la senda esté finalizada en los primeros meses de 2025 para comenzar a promocionarla y atraer a turistas. A lo largo de ella habrá señalizaciones, de acero corten, además de los paneles informativos y los detalles propios de la práctica de mountain bike. “Es muy importante la ejecución pero también la promoción y difusión posterior. Iremos poco a poco poniendo en marcha medidas para ello. El objetivo final es intentar que sea un elemento más que empuje en el desarrollo socioeconómico de la comarca y del entorno de la Tebaida y Las Médulas. Estamos conjugando el patrimonio natural, en la Red Natura 2000, con montes de gran valor como Los Aquilianos, con el patrimonio cultural de Peñalba y una explotación aurífera”, resalta.
Potenciar la economía local
Otro de los objetivos prioritarios de la ruta es potenciar la economía local de las poblaciones por donde discurre, ayudando a la creación y desarrollo de nuevas empresas y, por tanto, de empleo.
El ejemplo más cercano de que eso es posible se encuentra entre La Pola de Gordón y La Robla, donde hace poco más de un año se puso en marcha Zona Alfa León, un espacio con 19 rutas, que suman 120 kilómetros, para los amantes de la bicicleta de montaña.
“Desde su apertura se han reabierto cuatro hoteles, varias casas rurales y se han montado negocios accesorios, como una pastelería, un taller de bicicletas, otro de alquiler y varias empresas que alquilan y hacen remontes para usuarios”, explica Álvarez quien cree que ese modelo se podría trasladar al Bierzo. “Es un lugar idóneo porque La Aquiana es un pico muy accesible en el que, con las perceptivas autorizaciones, pueda subir alguna empresa para dar opciones a usuarios que quieran hacer el descenso desde ahí y recogerlos en San Clemente, Villanueva o Ponferrada. Son pequeñas empresas pero generan empleo y retienen población local”, finaliza.
Destrozando el patrimonio con bicis y motos.