Dolor. Porque, a pesar de que hayan pasado cuarenta años, sigue -y seguirá doliendo. Emoción. Porque los recuerdos conmueven. Respeto, a las diez víctimas del Pozo María, a sus familias y a todos aquellos mineros que perdieron su vida en accidente laboral. Podrían ser, perfectamente, los tres sustantivos que mejor definan la jornada que este sábado, inmensamente lluvioso, ha vivido el pueblo de Caboalles de Abajo para recordar a Alfredo Prieto, José Ouviña, Arselí Fernández, Emilio Pinillas, Manuel Gómez, Adolfo Real, Otilio Álvarez, Basilio Uría, Manuel González y Antonio Restrepo, los diez mineros que aquel terrible 17 de octubre de 1979, en la capa trece del Pozo María, perdieron la vida.
A las 11:00 horas la iglesia de Santa María de Caboalles de Abajo empezaba a recibir a los familiares de las víctimas. Las autoridades locales, representadas por altos cargos de la Guardia Civil y de la Policía Local, además de miembros de la Corporación Municipal, fueron los encargados de dar la bienvenida a las familias. Poco a poco el templo se fue llenando también de vecinos y amigos que no quisieron perderse la conmemoración del cuarenta aniversario de uno de los accidentes mineros más trágicos de la historia de la provincia.
Con la Misa, oficiada por el sacedorte del pueblo, don Bruno, comenzaban los actos que, finalmente, se desarrollaron en el interior del templo debido a la intensa lluvia. Al finalizar la ceremonia religiosa, en honor a todos los fallecidos en la mina, pero de forma especial en memoria de los diez del Pozo María, comenzó el homenaje en sí, un tributo sencillo pero cargado de emoción que ha sido posible gracias a la cofradía del Cristo de los Mineros, la asociación cultural Inculca y la parroquia de Caboalles de Abajo.
Diez velas se encendieron por cada una de las víctimas. Las voces de la coral ‘Santa Bárbara’, el coro parroquial de Villaseca, el coro de la Escuela de Música, el coro parroquial de Caboalles de Abajo y la coral ‘La Ceranda’ se unieron para entonar juntas el himno a los mineros ‘Santa Bárbara’. La elegante melodía de la obra ‘Amazing Grace’ interpretada instrumentalmente por María del Mar García Tablado -acordeón-, sus hermanas -Yolanda y Gracia- y Leticia Cabo -gaita- estremeció a los asistentes. Minuto de silencio y responso por las diez almas.
Aún con la lluvia cayendo sin descanso, la visita al Monumento al Minero, ubicado a los pies del castillete del Pozo María, se hacía obligatoria en una jornada como ésta. Fue la cofradía del Cristo de los Mineros de Caboalles de Abajo la que encabezó la comitiva que salió del templo al ritmo de la banda de cornetas y tambores. Los cofrades, ataviados con fundas y cascos, fueron los encargados de portar las coronas de flores -obsequio de las organizaciones sindicales, el Ayuntamiento de Villablino, la asociación cultural INCULCA y la propia cofradía- hasta el monumento, donde tuvo lugar la ofrenda floral que puso fin a los actos. Todo para que los diez del Pozo María no caigan en el olvido, todo para que no se silencie su recuerdo. Todo para honrar a diez de las víctimas de un sector que hoy ya es historia.
VIENEN A MI LOS RECUERDOS DE CUANDO ENTRÉ A TRABAJAR EN LA MINERO Y ME DESTINARON A CABOALLES DE ABAJO. 66 AÑOS HAN PASADO Y AHORA QUE SOY EL JUBILADO ANSELMO PRADA LEÓN. ELEVO PLEGARIAS A DIOS POR ESOS MINEROS QUE ESTARÁN EN EL CIELO, ESPERANDO QUE VAYAMOS A VERLOS. ¡HASTA PRONTO!