A algún sector de la sociedad le ha parecido bien el partido protesta, el reivindicar el orgullo de ser español, tomar la directa en absurdos complejos que agarrotan el sistema que hace aguas en cuestiones lógicas y del día a día. Pero hablar claro no significa que uno se exprese de la misma forma tomando unas cañas con los amigos que desde un escaño, en este caso regional.
Mira Borja Mari, señoritos de provincias como tú hay muchos. Los conocemos bien. Madrugar no es vuestro fuerte. Trabajar es un verbo poco conjugado. Mirar por encima del hombro de los demás es una fea costumbre, pero claro, como sueles ir montado en tu caballo pareciera que te desplazas con un invisible cetro que solo lo ves tú y los tontos a los que amilanas con tu verborrea aprendida de tanto repetirla.
A veces, en la vida, hay que negociar para avanzar, callar para gritar y saber respetar los tiempos y las formas, tanto si representas un cargo público como si no. Al principio no dejabas de representar esa parte de la sociedad casposa, que confunde sabia tradición con costumbrismo simple. Hasta el electorado sonrió pensando que vuestra presencia centraría un discurso que se había escorado hacia la radicalidad de la izquierda con las cabezonerías del aspirante a todo y a nada de Ciudadanos. Vox ponía la pica de contundencia donde el brazo había titubeado. Craso error. Se os dio más que a nadie en la historia de Castilla y León como autonomía y a cambio habéis agitado el avispero de la oposición con desplantes y frases ofensivas. Neófito ante las cámaras y los micros se anuncian medidas e ideas de vuestro programa sin llegar a ser acuerdos firmes de Gobierno. Dejáis a los pies de los caballos al presidente de las Cortes, al presidente de la Junta, al portavoz de Gobierno, al consejero de Sanidad en esta ocasión…y así a cada poco.
Borja Mari, háztelo mirar, de verdad. A veces, en política, la distancia más corta entre dos puntos no es la línea recta. Hay que tener cintura. Cosa que no quieres entender. Cuándo te enterarás que queremos salir en los telediarios, por ejemplo, siendo la primer potencia de turismo de interior y no servir de carnaza a la máquina de picar carne de Madrid.
Borja Mari está ahí, porque la gente lo ha votado, la gente sabrá, o nó, lástima que las consecuencias de sus actos las sufrimos todos.
Borja Mari es el mejor politico que ha tenido Castilla León en toda su historia. Un politico valiente y coherente en las antipodas de la radicalidad, la violencia y el totalitarismo de la izquierda.
Y si. El aborto es un asesinato de una.magnitud genocida además de constituir una aberración criminal contra las mujeres.
Y más aun en una Comunidad como esta con unas cifras dramáticas de envejecimiento y de escasa natalidad.