A estas horas de la madrugada del lunes, las redacciones de los digitales han vendido prácticamente todo su género. A lo sumo, la profundización de algunos detalles de resultados por entidades menores, valoraciones ampliadas y demás. De nuevo, el papel queda atrás. Tan sólo las cabeceras de la capital del Estado se han lanzado a una primera edición de urgencia en un intento valiente, como Quijote, ante la realidad de los molinos, la evidencia de que vivimos en una sociedad digital.
Pero olviendo al presente el Bierzo es de un color azul… Popular, el partido que ha pulverizado todos los pronósticos de nuevo. Rajoy, el señor mayor con tics sacados de madre, vuelve a ser el hombre que tiene y debe que gobernar España cuatro años más. Así lo ha dicho el pueblo. Otra cosa es que se le deje. Termine usted los deberes empezados presidente, pero acuérdese de que está en un tiempo de prórroga que debe empezar a disfrutar con hechos como la apertura interna de su partido y la renovación en cascada que lleva retrasándose por estos líos electorales. En la sede del PP en un conocido hotel ponferradino, la alcaldesa, ante un mar de aplausos comenzaba su intervención resaltando el 4,10 por ciento de mejora en los resultados de la capital berciana. La alegría era más que evidente. Tras los agradecimientos, interventores, apoderados, concejales, alcaldes saludaban y animaban a Mar González, procuradora, Alfonso Arias, diputado provincial y alcalde de Molinaseca, Amparo Vidal teniente de alcalde…pero sobre todo, Alfonso Rodríguez-Hevia, el senador berciano que protagonizó la velada del Partido Popular en la comarca. Hevia, contenido pero feliz, recordó los más de 7.000 votos obtenidos con respecto a las anteriores elecciones en la provincia. Los 182 de los 211 municipios que han dicho sí al proyecto Rajoy, proyecto PP: Moderado, responsable y experimentado; en propias palabras del flamante senador. Seguro que en esta segunda ocasión ya no le pillará de nuevo toda la puesta en marcha de una legislatura que, esta vez sí, tiene mejor pinta de estabilidad que en diciembre.
Necesitamos un PSOE fuerte, solemos decir. Ha resistido a Unidos Podemos, a la ultraizquierda. Ahora Pedro Sánchez y los suyos tienen la tarea de discernir, esto es, a la socialdemocracia europea o a la ultraizquierda que no sabe realmente qué esconde bajo su mensaje cambiante. La metamorfosis de Pablo Iglesias de la izquierda más ultramontana, rozando el filoterrorismo, pasó durante estos meses a convertirle en un joven amable colmado de virtudes democráticas que aceptaban la Unión Europea, el euro y hasta las Fuerzas Armadas como algunos de los elementos de ese sistema que siempre habían detestado en sus programas televisivos, actos populares y hemerotecas. El pueblo les ha dicho claro que de momento no. Pero no ha cerrado tampoco la puerta. “Esperábamos más”, es la frase que más repetía en sus declaraciones Emy Esteban, candidata al Senado por Unidos Podemos. En un ambiente de chasco, se lanzada la “mano tendida al PSOE para construir una mayoría de izquierdas y de progreso”.
En la sede del PSOE, Rita Prada, secretaria local, acompañada de un cada vez mayor número de cargos y afiliados dejan clara su satisfacción, moderada, pero satisfacción por cómo ha ido la noche electoral para el socialismo español y para el ponferradino en particular. “Hemos salido vivos a esa anunciado adelantamiento de una coalición más a la izquierda que la nuestra. La distancia con el PP en Ponferrada, aún aumentando los dos, se acorta. La gente no quiere experimentos gaseosos y el PSOE está claro que es un partido con una historia, un pasado, un liderazgo de izquierda que tiene mucho futuro. Es más, yo veo un giro futuro a la izquierda en la ciudad de Ponferrada”, terminaba explicando Prada.
Si existe un gran derrotado ese es Alberto Rivera. El joven catalán que quiso españolizar Cataluña y catalanizar España. Cada día me recuerda más al CDS. Un paso por el Congreso y el Senado anodido y condenado a extinguirse en sí mismo. Un buen líder, un gran cartel, pero poco más. Nos cuentan que la sede electoral de Ciudadanos Ponferrada optó por poner buena cara a unos resultados en claro retroceso. La pérdida del diputado por León se atribuyó al no contar con un escaño más la provincia por motivos de reducción de población.
No quisierámos terminar estas líneas y apagar por hoy el ordenador, tras una larga jornada, sin citar el aumento considerable del voto del PP en Castilla y León. El granero del PP. Y van…
El editor