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Con el frío llega también al Bierzo el inicio de la campaña de la matanza del Bierzo, una práctica tradicional que, aunque cada vez menos, se sigue haciendo en mucho pueblos del Bierzo. La matanza suele realizarse en noviembre o diciembre, los días de helada son los más idóneos. Esta celebración suele reunir a toda la familia y amigos que se acercan a ayudar.
Las bajas temperaturas y las nevadas han llegado al Bierzo, hecho que indica el inicio de la campaña de la matanza domiciliario en la que por primera vez la carne tendrá que ser sometida a un test de digestión artificial. Se trata de un sistema para detectar la presencia de larvas en el animal. La Consejería de Sanidad reforzará los controles con este nuevo método diagnóstico de la triquina, mucho más exigente que provocará la reducción del número de veterinarios colaboradores.
Y como dice el dicho “A todo cerdo le llega su San Martín”, este 11 de noviembre, festividad del santo, la tradición continúa pero las las cifras volverán a caer. En 10 años, los sacrificios de cerdos en los domicilios particulares se han reducido pasando de los 30.797 a los 9.211 registrados en la última campaña, entre 2019 y 2021.
Control veterinario de la matanza
Desde la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León y con el fin de evitar el grave peligro derivado de la ingestión de carnes infestadas por triquina, aquellos ciudadanos que realicen una matanza domiciliaria podrán contactar con un veterinario colaborador (puede consultar, los veterinarios autorizados y sus datos de contacto, en los archivos de cada provincia que aparecen más abajo) o acudir a los Servicios Veterinarios Oficiales de Salud Pública para que se proceda al análisis de la muestra.
La muestra a entregar por cada uno de los animales a analizar estará constituida por al menos 150 gramos, preferentemente de músculo de los pilares del diafragma (en caso de duda ver fotografia que aparece en el archivo “fotos pilares del diafragma”), pudiéndose completar, en caso necesario, con músculo de los maseteros (carrilleras). Las muestras deben contener principalmente tejido muscular (carne); evitando incluir otro tipo de tejido (grasa, fascias, etc.).