El centro Beda de asistencia y tratamiento del abuso y la dependencia del alcohol en Ponferrada ha hecho pública su memoria del año 2018, en el que alrededor de 300 personas, entre pacientes y familiares, fueron atendidas en distintos momentos y fases del programa, de las cuales 60 iniciaron el tratamiento.
Los datos recopilados por Beda en el último año sitúan la edad de inicio en el consumo de alcohol en los 14 años, con una bajada en el caso de las mujeres respecto a años anteriores, mientras que, de media, es a los 30 años cuando empiezan a detectarse problemas relacionados con el mismo. El 70 por ciento de las personas atendidas han sido hombres y predominan los pacientes casados (61 por ciento). Algo más de la mitad de los usuarios proceden del entorno urbano, mientras que el porcentaje de empleados y desempleados es prácticamente el mismo: 30,5 y 28,8, respectivamente.
El centro hace hincapié en que, aunque los problemas vienen dados predominantemente por el consumo diario, se mantiene el incremento de los consumos de tipo compulsivo (mucha cantidad en poco tiempo), que ya alcanzan un 35 por ciento. En cuanto al consumo de otras drogas, prevalecen los fumadores con un 70 por ciento, mientras que un 17 por ciento consumen otro tipo de drogas.
Importancia de la familia
De la memoria de Beda se desprende la importancia de la familia a la hora de afrontar los problemas relacionados con el abuso del alcohol, ya que más de la mitad de las personas atendidas acudieron al centro “empujados por su familia” (54 por ciento), frente a un 22 por ciento que lo hizo por iniciativa propia y un 11 por ciento que lo hizo por derivación de profesionales sanitarios y servicios sociales.
Además, la inmensa mayoría de los pacientes acude al tratamiento acompañado por una persona de apoyo, que normalmente son parejas, madres o hermanos.
Beda destaca también que más del 60 por ciento de las personas que iniciaron el tratamiento en 2018 continúan adelante con él, frente a un 10 por ciento de abandonos.