M. Alija No les hizo falta correr como en otras ‘Holi Colours’ al uso. Con la música y con las bolsas de colores, Camponaraya tuvo suficiente. El Ayuntamiento había convocado a los jóvenes y más de 300 acudieron a su llamada que comenzó de blanco impoluto y fue tiñéndose de colores conforme iban pasando los minutos.
Los chavales no pudieron esperar si quiera a que comenzase la carrera, que más bien se convirtió en paseo y batalla por la localidad, a la hora prevista para empezar a mancharse. No sólo jóvenes, que fueron los más animados, también disfrutaron de la fiesta familias con niños, animales y algunos mayores que quisieron probar que era eso de los ‘polvos de colores’. Una iniciativa nueva en las fiestas de Camponaraya que tiene pinta de consolidarse en el programa de fiestas de La Soledad.