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Lo que empezó siendo una asociación familiar, en la que de vez en cuando colaboraban diferentes conocidos o vecinos para prestar ayuda a aquellos que lo necesitaban, hoy se conoce como el Banco de Alimentos del Sil, una organización benéfica que asiste a aproximadamente 7.000 personas entre las comarcas del Bierzo, Laciana y Valdeorras.
Un crecimiento exponencial en el número de beneficiarios que ha ido ligado a las consecuencias de la crisis, o la estafa, depende de a quién se pregunte, que sufre la sociedad española y que padecen miles de personas solo en el Bierzo. Lo que ha conllevado la transformación del Banco de Alimentos del Sil, que dejará atrás su etapa más familiar para arrancar a una más institucionalizada, como ha anunciado este viernes el presidente, Damián Tascón.
En este nuevo camino, el primer paso se dará el viernes 27 de mayo a las 21:30 horas en el Hotel Ponferrada Plaza, donde se celebrará la I Cena Benéfica del Banco de Alimentos, con ocasión de su XIX aniversario y con el objetivo de aumentar sus ingresos fijos o estables, que actualmente están muy lejos de lo que se necesitaría para cubrir con dignidad las necesidades de la Comarca, en concreto, según una primera estimación del vicepresidente, Manuel Rey, esta cantidad estaría entre los 10.000 y los 12.000 euros.
Unos números que se pretenden alcanzar con la campaña de captación de asociados, que de igual forma se iniciará con la Cena Benéfica, y que busca multiplicar la cifra actual de 15 socios, calificada por Rey como “demasiado baja”.
En cuanto a la cena benéfica, el precio por cubierto será de 25 euros, de los cuales cuatro irán al Banco de Alimentos, también se celebrará la rifa de una cesta con productos cedidos por empresas, en la que cada papeleta costará cinco euros. Además, todo aquel que quiera asociarse lo puede hacer en cualquier momento a partir de 12 euros al año, que es la cantidad mínima exigida por la organización.
Vías para colaborar no faltan, las opciones son múltiples, pero no más que las necesidades, que siguen siendo acuciantes. Y es que lejos de reducirse la cantidad de beneficiarios, esta sufrió un “incremento brutal a finales de 2013” y “desde entonces se ha mantenido”, como ha señalado la secretaria, Ana Garnelo Fernández-Trigales, quien ha destacado al voluntariado como el “gran activo” del Banco de Alimentos, ya que habitualmente está en torno a las 30 personas pero que ha llegado a crecer hasta los 300 colaboradores en un solo fin de semana.
Toda ayuda es poca para una organización que quiere crecer porque, como ha advertido Rey, “no se trata solo de repartir alimentos, sino de hacerlo con unos mínimos de calidad y dignidad”. Algo que no será posible sin una mayor colaboración económica, ya que desde el Banco de Alimentos no ven “una reducción futura en el número de beneficiarios, no se puede ser optimistas, las perspectivas no son buenas”.