PREMIOS MUJER 2024

El asesino de la catana: “No sé si la sociedad está preparada para mí”

Diecisiete años después de cometer el terrible crimen que acabó con la vida de sus padres y su hermana, José Rabadán, rehabilitado, casado y con una hija, habla en televisión. Este miércoles, DiscoveryMax ofreció la primera parte de 'Yo fui un asesino: el crimen de la catana'. Este jueves se emite la segunda

“No sé si la sociedad está preparada para mí. Mucha gente me seguirá considerando un monstruo” y “Si era un psicópata, los hechos demuestran que ya no lo soy” son dos de las frases más impactantes que en la noche de este miércoles pronunció José Rabadán ante las cámaras de televisión en el documental de DiscoveryMax  ‘Yo fui un asesino, el  crimen de la catana’. Y es que Rabadán es el joven de 16 años que el 1 de abril de 2000 mataba a sus padres y a su hermana pequeña con una espada japonesa en Murcia.

“Me he rehabilitado y la forma en la que lo he hecho puede ayudar a otras personas”, dice Rabadán en el documental, que incluye una larga entrevista con él, además de una reconstrucción de los meses previos al crimen, de cómo era Rabadán a los 16 años, de su obsesión por las artes marciales y las lecturas sobre satanismo y de la relación que mantenía con sus padres y su hermana, la pequeña de 9 años aquejada de síndrome de Down.

Sobre el crimen

“Tenía armas guardadas en el armario, armas a las que daba filo, practicaba con las estrellas y asistí a cursos para aprender a usar la espada. La cultura japonesa me atrajo de siempre, quería ser como ellos, llevar un tipo de vida más oriental. Se estilaba mucho tener las catanas colgadas en la pared, a mi padre le hacía ilusión, yo se las pedí y me las compró”, explicaba en la entrevista de este miércoles Rabadán. “Imaginé acabar con la vida de mis padres, pero no tenía claro cómo lo iba a hacer. No tenía intención de llevarlo a cabo, pero vi que era posible. No tengo una explicación clara de por qué”, apostilla.

La noche del crimen señala que se acostó con la espada bajo la almohada e intenté estar despierto. “Mi padre se despertó y pensé que no podría llevar a cabo el acto, pero se volvió a dormir y sucedió. Estaba nervioso por si mi padre se despertaba y me veía allí cuando entré a la habitación. Estaba durmiendo, me puse a su lado y levanté la espada. No con la intención de atacarle. Ahí sentí que el juego había terminado. Pero sucedió algo terrible. En ese momento no fui yo, fue mi cuerpo. Me sorprendió mi movimiento, quería volver a mi cama. Pero la espada bajó, bajó sola, con mi brazo, pero bajó”, explicó ante las cámaras.

Sobre el porqué de sus actos, sus abogados alegaron psicosis epiléptica idiopática y una conjunción de factores que le provocaron una evasión de la realidad. Una vez juzgado, Rabadán pasó seis años en un centro de menores y dos más de libertad vigilada.

Vida actual

En el segundo capítulo, que se emitirá en la noche de este jueves, Rabadán muestra su vida a día de hoy. Trabaja como bróker de Bolsa y profesa el culto evangélico, donde conoció a su esposa -hija de uno de los pastores de la iglesia evangélica ‘Nueva vida’, de etnia gitana-, y su  hija de seis años.