PREMIOS MUJER 2024

Las claves para recuperar la arquitectura tradicional se ponen sobre la mesa de Prada A Tope

La Fundación organiza en el Palacio de Canedo una charla con dos ponentes de primer nivel que explicaron cómo recuperar los signos de identidad que son las construcciones de nuestro territorio
Charla sobre arquitectura tradicional organizada por la Fundación Prada A Tope. / / Twitter@pradaatope

La Fundación Prada A Tope comenzó este lunes las conferencias-coloquio de diversas temática que organizarán como parte del conjunto de actividades programadas para el L aniversario de Prada a Tope. El tema de esta primera charla, que corrió a cargo de José Luis García Grinda y Antonio Jiménez, fue el de la arquitectura tradicional, uno de los temas de los que se ha ocupado la Fundación, entre otras maneras con las sucesivas ediciones de los premios Palacio de Canedo a la restauración de edificios y otras piezas de la arquitectura tradicional del Bierzo.

Al acto, acudieron numerosos alcaldes de la comarca, también el presidente del Consejo, a quienes se les emplazó directamente por parte de los ponentes a tomar partido por una defensa de esa parte del patrimonio que es la arquitectura tradicional. El primero de los conferenciantes, José Luis García Grinda, catedrático de arquitectura, ofreció una revista amplia de ejemplos de arquitectura tradicional en el Bierzo, temática en la que es un experto, ilustrada con dibujos de su propio cuño, de un nivel de perfección absoluto, tomados en sus trabajos de campo. La segunda parte corrió a cargo de Antonio Jiménez, quien explicó la historia de la Fundación Santa María de Albarracín, que en sus 25 años de historia ha convertido a esta localidad turolense en un ejemplo de rehabilitación y puesta en uno del patrimonio arquitectónico tradicional, el cual se ha convertido en el motor económico de esta localidad de 1.000 habitantes.

García Grinda se encargó también en su intervención de proporcionar la cobertura teórica para el posterior contenido empírico exhibido en el acto. La arquitectura, explicó, expresa la forma de vivir de un pueblo y de un territorio y asumir ese patrimonio vernáculo como tal es la clave para recuperarlo.

El Bierzo, señaló, cuenta con una arquitectura tradicional rica y variedad. La geología diversa y las diferentes alturas (desde los valles hasta las cumbres) son la causa material de esa pluralidad (se construye con lo a la mano), a la que hay que sumar las huellas que son debidas al Camino de Santiago.

El también autor de numerosas publicaciones sobre la arquitectura tradicional leonesa aportó un apoyo gráfico a su charla por el que desfilaron esos variados ejemplos de piezas de nuestro patrimonio. Los corredores, por ejemplo, tan típicos de las casas bercianas, no son todos iguales, sino que varían e incluso evolucionan con el tiempo; y, además, dependiendo de la zona (y del uso) se pueden encontrar ora en la parte externa de la casa, ora junto al corral, dentro. También demostró su tesis de que la arquitectura explica la forma de vida y por tanto nace de (y para) los usos al indicar cómo en muchas casas tradicionales bercianas de montaña existía en la cocina un espacio para secar las castañas.

Las casas de teito, de las cuales el Bierzo albergó, aseguró el conferenciante, la mayor densidad de ellas de toda España hasta los años 80, también fueron minuciosamente analizadas por el puño del catedrático, a través de los planos por él realizados, y su profundidad de análisis. Grinda explicitó la diferencia entre las casas de teito de planta oblongas y las casas castreñas prerromanas presentes en la comarca y pidió, además, evitar llamarlas y confundirlas con las casas celtas (un mito común pero estas últimas son de planta cuadrada). García Grinda también insistió en lo inconveniente de usar la voz gallega ‘pallozas’ para referirse a las casas de teito, nombre tradicional de este tipo de edificaciones en la comarca del Bierzo.

En este conjunto de casas de cubierta vegetal más grande del país que fue el Bierzo, dijo el ponente, se construyeron casas de teito hasta bien entrado el siglo XX. Pero luego empezaron a desaparecer… Esta disminución en número, el paso de teito a losa se debió a dos razones: el primero, los incendios; el segundo, el gravamen que se les impuso a las viviendas con cubierta vegetal.

García Grinda llevó a los asistentes al acto a recorrer también la arquitectura agropecuaria y auxiliar tradicional del Bierzo, para de nuevo reforzar su explicación sobre la íntima relación entre construcción y modo de vida. Los palomares y hórreos (estos segundos, los nuestros, de tipo asturiano con variaciones, recordó desmontando otro mito vulgarizado), por ejemplo, responden respectivamente a dos tipos de territorio: el primero más agrario y el de los segundos, de zonas más húmedas. Sobre los palomares, destacó la existencia de algunos ejemplos impresionantes, por estar ligados a la actividad monacal, que recordó que había sido muy importante.

Sobre la arquitectura auxiliar (puentes, molinos, ferrerías), volvió a retomar su tono de alabanza al Bierzo y aportó una anécdota sobre la Herrería de Compludo. De acuerdo con José Luis García Grinda, cuando se decidió proteger patrimonialmente esta industria, se hizo justificándolo en su origen alto-medieval, lo cual es un error, ya que data del siglo XIX. Con gracia, el conferenciante aseguró que se trataba del primer bien de interés que consiguió protección patrimonial en base a un error histórico. Luego añadió que, como es bien sabido, hay documentadas ferrerías desde el siglo XII y las puso como ejemplo de como en el trabajo está el origen, el porqué, de la arquitectura en el territorio.

¿Qué hacer con la arquitectura tradicional berciana?

Para terminar su exposición, y de esta forma dando paso al siguiente ponente, García Grinda habló de la imposibilidad de que cada pieza de la arquitectura tradicional de convierta en un museo: hay que buscar nuevos usos. Pero antes de ello, hay que formar técnicos en restauración del patrimonio y concienciar a las personas de todas las edades de que estas señas de identidad deben ser, de algún modo, preservadas. Es decir: rehabilitar lo que se siente como propio para utilizarlo.

“¿Y las casas de teito cómo se van a usar?”, provocó el ponente al público con la más lógica de las preguntas. Su respuesta a cínicos y escépticos fue volar hasta Irlanda y mostrar cómo en este país se están rehabilitando las casas con cobertura vegetal que llaman cottages, cómo son sentidas como parte de su identidad y, explicó también, cómo abundan (de manera accesible para el internauta) manuales de construcción y mantenimiento de las mismas, así como de prevención de incendios.

“Se conservará lo que se asuma que es patrimonio, lo que se asuma socialmente”, dijo García Grinda a modo de conclusión, poniendo a Prada A Tope como ejemplo de esta labor a la vez que emplazaba a unirse a ella a alcaldes, empresa y escuelas.

La segunda charla, a cargo del geógrafo Antonio Jiménez, fue un repaso a la historia de éxito de la Fundación Santa María de Albarracín, a través de la cual se pudo ver plasmado en la práctica lo que el conferenciante anterior había puesto negro sobre blanco.

Desde hace 25 años, esta Fundación se ha ido hecho cargo de edificios civiles y religiosos de esta pequeña localidad de origen musulmán, tomándolos como seña de identidad y poniéndolos en valor. Antonio Jiménez, que había aprovechado su visita al Bierzo para conocer el valle del Silencio y el castillo de Ponferrada, entre otros, dijo sentirse asombrado: “tenéis mucho” y emplazó a poner en valor nuestro abundante patrimonio “como hace Prada A Tope”.

Los representantes públicos tienen, dijo, la obligación de hacer que ese patrimonio “brille”. Usó varias veces este conferenciante dicha luminosa metáfora y la contrapuso, valiéndose de fotografías sobre el antes y el después de no pocas estancias y construcciones de Albarracín, al estado de abandono que tiene el patrimonio arquitectónico tradicional en los pueblos de España.

Para ello, es necesario asimismo recuperar oficios tradicionales. La labor es tan grande que se debe llevar a cabo gradualmente, como, dijo, cuando van recibiendo pequeñas aportaciones que les van permitiendo limpiar y adecentar un nuevo tramo de su muralla. Pasado el tiempo, “te das cuenta de que está hecho”, señaló.

Los nuevos usos, completando esa triada que también había dibujado el conferenciante anterior (recuperación, formación de técnicos, búsqueda de utilidad) son parte esencial del proceso. Ellos, la iglesia la convirtieron en un auditorio y en lo que era un castillo abandonado, ahora, aseguró, artistas de primer nivel “compiten por exponer ahí”. Su antiguo matadero ahora es el centro de restauración: con el gracejo aragonés con el que salseó toda su charla aseguró que los vecinos de Albarracín, al respecto de ese matadero convertido en taller de restauración, dicen que de allí antes “salían las ratas” y ahora salen “santicos apañaos”.

Estos ‘santicos apañaos’ son también clave en la recuperación de espacios de la arquitectura tradicional. No se trata de quedarse en la fachada, sino de poner en valor y dar brillo a lo que hay dentro, tal como ocurre, y puede comprobar cualquier visitante, en el Palacio de Canedo que daba cobijo bajo el impresionate artesonado de madera de su salón de actos a esta charla.

Activar el patrimonio a través de la cultura, que es “la tabla de salvación del patrimonio”, tiene en el municipio de Albarracín un ejemplo en el que el Bierzo puede mirarse una y 38 veces, un ejemplo paradigmático de recuperación de la arquitectura tradicional que la Fundación Prada A Tope trajo a la comarca en una charla muy completa que puso ante los ojos de los asistentes una problemática de la que el mundo rural puede zafarse con formación, educación y concienciación de que estas señas de identidad deben lograr un nuevo uso para seguir siendo una muestra de lo que somos.

La evolución de los materiales (esos teitos actuales que cuentan con sistemas anti incendios, o la madera) permite darle nuevos usos.

Una formación práctica que permita trabajarlos, con gente vinculada al territorio, y una cada vez mayor identificación con esa arquitectura capaz de mostrar cómo se vive en un pueblo, recordaron los ponentes en el turno de preguntas, son las claves que la ponencia de este lunes dejó sobre la mesa en la primera de las charlas con las que la Fundación Prada A Tope va a celebrar el L Aniversario de esta empresa; y como no podía ser de otra manera, lo hará aportando al Bierzo ponentes de primer nivel y conversaciones que enriquezcan la comarca.

Brindis al final de la charla. / Twitter@pradaatope

 

Prada A Tope celebrará su L Aniversario con un vino especial

La charla sobre arquitectura tradicional de este lunes en el Palacio de Canedo estuvo moderada por Javier Pérez Andrés, quien al final de la misma reveló cuál era el vino con el que finalmente brindaron los ponentes.

Se trata del vino 50 Aniversario de Prada a Tope, en el que el que la empresa se ha esmerado para hacerlo muy especial, tanto en sabor como en simbolismo. Se trata de un vino de una de sus mejores viñas, el Picantal, del año 2017. Este año fue muy difícil por las numerosas heladas. La bodega decidió elegir estas uvas para el vino 50 Aniversario para demostrar así su capacidad, demostrada durante medio siglo, de sobreponerse a las dificultades. Tras varios años de estar en botella, saldrá pronto a la venta, como parte de la celebración de este L aniversario de una de las empresas más importantes de la comarca del Bierzo.