La tercera campaña de trabajos arqueológicos que hoy termina ha sido muy positiva. Ha consistido en la ampliación de una superficie de excavación en 85 m2 en dos cortes que se localizan al
norte y al sur de los exhumados en 2016. En ellos predomina la complejidad arquitectónica ya encontrada en la fase precedente. Principalmente se han descubierto tres casas castreñas adosadas a la muralla y anexas entre ellas, que a su vez están compuestas por distintas construcciones que se repiten con un cierto orden preestablecido.
Estas casas contienen un patio de entrada seguramente sin cubrir que da acceso a la estancia utilizada como cocina y a otras dependencias que se debieron emplear como talleres o almacenes. La cocina suele contener un hogar junto con una hornilla construida como una cista de placas de esquisto, también suele incluir un vasar o nuevas cistas para contener algún alimento. Todo este conjunto, más de nueve construcciones encontradas, se abre a una estrecha calle o caleyo que discurre de norte a sur y es paralelo a la muralla.
El buen grado de conservación de los restos constructivos hace especialmente singular y atractiva la visita al castro durante la excavación. Aunque su poca estabilidad aconseja cerrar estas en invierno. El nivel informativo que proporcionan contiene novedades significativas sobre la organización espacial de las gentes astures, mostrando variaciones que sirven para completar aspectos ya conocidos en los castros cercanos: el Castrelín en S. Juan de Paluezas y la Corona del Cerco de Borrenes.
De mucho interés son los restos materiales encontrados en estas estructuras que, aunque no muy abundantes, son fundamentales para conocer la cultura de las gentes del castro de La Peña del Hombre: un conjunto de cerámica fabricada a mano que distingue ollas y urnas típicas de la Segunda Edad del Hierro, junto a algún ejemplar de cerámica celtibérica que procede de la zona meseteña leonesa.
Otros objetos de bronce como las fíbulas de torrecilla o las típicas de La Tene nos ilustran de las modas en sus adornos. Los objetos de hierro contienen cuchillos afalcatados, puntas de lanza, punta de pico o remaches y grapas, mientras que en distintas piedras se fabricaron molinos, machacadores, afiladeras o fusayolas. Junto a estos objetos se han recogido una buena muestra de restos óseos procedentes de los animales que se utilizaron y que fueron consumidas por las gentes castreñas.
Las vigas calcinadas por el incendio de una casa proporcionarán datos sobre la utilización de madera y los restos de muestras de polen extraídas servirán para una caracterización ecológica del medio en el que vivieron los astures.
Con todo ello la excavación de la presente campaña en la Peña del Hombre da cumplida respuesta a muchos interrogantes que la investigación aborda y sirve para la justa valoración de un património arqueológico de sumo interés para la zona de las Médulas, para el Bierzo y para León.
Con motivo de la clausura del III Campo de Trabajo en Arqueología de la Fundación las Médulas, en el que se aborda de la excavación y trabajos arqueológicos complementarios en el castro de la Peña del Hombre de Paradela de Muces, en el municipio de Priaranza del Bierzo, se ha producido esta mañana la visita de los representantes de las entidades patronos de la Fundación. Han comprobado in situ el desarrollo del último día de trabajos, así como los resultados que pueden evidenciarse con el simple recorrido visual por el yacimiento.
En el marco de la excavación se plantea un campo de trabajo dirigido a estudiantes universitarios que están orientando su formación hacia la Arqueología y disciplinas afines; a través de las prácticas realizadas han completado su formación técnica. La primera edición se celebró durante el verano del pasado año. En esta edición de 2017 han participado en el campo 18 voluntarios procedentes de diferentes universidades españolas organizados en dos turnos de 15 días cada uno. Durante el mes se han alojado en el Espacio Cultural Las Médulas y los fines de semana han completado su formación con visitas destinadas a conocer el patrimonio cultural de la Comarca del Bierzo. Así mismo se ha contado con la ayuda de diferentes asociaciones culturales del entorno: Asociación de Amigos del Castillo de Cornatel y su Entorno, Asociación Cultural Muces y Asociación de Amigos de los Montes Aquilianos.
El desarrollo de este campo, que ha supuesto una inversión de 42.000 euros, se enmarca en un proyecto de investigación financiado por la Junta de Castilla y León a través de la Fundación Las Médulas (Plan Médulas 2020). En él colabora también el Ayuntamiento de Priaranza del Bierzo. El objetivo principal de este proyecto pretende procurar el avance en el conocimiento, la caracterización y el estudio de las sociedades protohistóricas prerromanas astures que se asentaron en lo que hoy es un espacio de especial protección en el entorno de las Médulas, inserto geográficamente en los montes Aquilianos. En dicho proyecto están implicados varios arqueólogos leoneses y dos portugueses pertenecientes a distintas instituciones, y en él se están aplicando las nuevas tecnologías que implican la visualización, la implantación en el territorio, la interpretación y la divulgación, con técnicas como la fotogrametría, la modelización en 3D y la realidad virtual. Los trabajos son dirigidos por J. Celis, M. Lage, J. Martínez y A. Trigo.
Está previsto que se desarrollen nuevas campañas de investigación en este yacimiento berciano, al objeto de profundizar en los niveles inferiores aún no excavados. La intención de la Fundación es continuar con la organización de estos campos de trabajo que, a la vez que suponen un recurso añadido para las tareas de excavación, persiguen posicionar el Espacio Cultural de Las Médulas y su entorno inmediato como un centro de referencia para la formación y divulgación de la arqueología dentro y fuera de nuestro país, a la vez que sirve de instrumento de promoción de El Bierzo entre muchos jóvenes universitarios nacionales y extranjeros.