Ante el acuerdo PNV y PSOE

Los nacionalistas vascos moderados del PNV han anunciado un acuerdo de gobierno con el PSOE en el País Vasco. A pesar de la suma de ambos partidos, al nuevo gobierno vasco aún le quedará un voto para la mayoría absoluta, algo que no preocupa en exceso a socialistas y nacionalistas porque tendrán capacidad negociadora para llegar a acuerdos bien con el PP o con los partidos radicales de izquierda, según convenga al asunto. En cualquier caso, el acuerdo es una buena noticia para la política en general. Se dota de estabilidad política al País Vasco durante cuatro años y se premia a un nacionalismo moderado, aunque, ojo, en su programa electoral incluía el derecho de autodeterminación y la celebración de un referéndum. Es de imaginar, que ambas propuestas queden relegadas a un olvido discreto en estos próximos años. Ya se verá.

El gran beneficiado de este pacto, en una primera valoración, es el PSOE. Hay que recordar que en las últimas elecciones vascas, los socialistas obtuvieron el peor resultado de su historia al lograr sólo nueve escaños. Ese resultado relegó al PSOE a una posición política casi residual y, sin embargo, lo que es la política, van a lograr entrar en el gobierno y ocupar tres consejerías. Pocas veces con tan escaso capital electoral se ha obtenido tanta rentabilidad política. Eso sí, en la gestora que ahora preside el PSOE a nivel nacional parece que ni se han enterado de la negociación que ha concluido con este gran pacto. Cómo está el PSOE, Dios mío.

Por otro lado, hay que ver cómo encaja el sector de  Pedro Sánchez este acuerdo, ya que los socialistas vascos han hecho bloque con el ex secretario general socialistas, quien, precisamente, durante meses estuvo defendiendo que el PSOE no iba a dar sus apoyos a la derecha, refiriéndose al PP de Rajoy, pero también al PNV, partido al que incitaba a pactar con el PP para dar gobernabilidad al futuro gobierno en Madrid. O el PNV ha dejado de ser de repente un partido de derechas o el PSOE ha vuelto a hacer una pirueta política de incalculables consecuencias. Porque no se puede decir, como hace Sánchez, que el PSOE debe acercarse a Podemos para conformar gobiernos de progreso y en el País Vasco pactar con todas las de la ley con un partido tan de derechas, democristiano y confesional como el PNV.

Aunque el PP no ha entrado en este pacto de gobierno, Rajoy debe estar  encantado. Y si no que se lo pregunten al senador popular berciano, Rodríguez Hevia, quien, ya se sabe, se hizo nacionalista vasco durante unas horas para hacer posible que el PNV tuviera grupo parlamentario propio en el Senado. Cosas extrañas de la política, que, sin embargo, ahora pueden acelerar un  acuerdo entre el Gobierno de Rajoy y el PNV para sacar adelante el proyecto de Presupuestos Generales del Estado.

Un gobierno estable en el País Vasco ayuda a la estabilidad política en toda España, facilita la negociación parlamentaria entre partidos afines y puede ser un freno eficaz al avance de los populismos de todo signo. La duda es si este acuerdo servirá para dar estabilidad también al PSOE o para incrementar aún más las contradicciones internas y, por lo tanto, echar más leña al fuego.  Los socialistas catalanes se han apresurado a apoyar el acuerdo, mientras ellos, en su casa, apuntalan con sus votos el extremismo de izquierdas de la alcaldesa del Ayuntamiento de Barcelona.