El alcalde de Ponferrada, Olegario Ramón, anunció este jueves que el proyecto de Anillo Verde, presentado por el Ayuntamiento de la capital berciana, recibirá 2,2 millones de subvención de los fondos europeos Next Generation para su puesta en marcha. Con actuaciones en diferentes zonas de la ciudad, la iniciativa pretende “conectar la naturaleza con la ciudad”, según explicó el presidente de la Fundación Naturaleza y Hombre, Carlos Sánchez, que acompañó al regidor en la presentación.
En ese sentido, Ramón destacó el “impacto positivo para la salud y la biodiversidad” de un proyecto que supondrá la mejora de las riberas de los ríos, los parques y los espacios degradados del municipio, como la zona de la antigua montaña de carbón o el antiguo vertedero de la localidad de Campo. Además, se crearán tres rutas de senderismo en el espacio periurbano que unan la capital berciana con el castillo de Cornatel, con la zona de los Compludos y con el embalse de Bárcena. “Va a cambiar la ciudad, va a ser una Ponferrada que respira”, resumió el alcalde.
Al respecto, el regidor detalló que las actuaciones abarcarán dos hectáreas en el parque de La Rosaleda, dos más en el parque del Plantío y 24 en el parque del Temple y el área de huertos comunitarios. En todos estos enclaves, se llevará a cabo la plantación de especies autóctonas y la colocación de cajas nido para aves y murciélagos.
En la antigua montaña de carbón, los trabajos mejorarán la calidad del suelo en un terreno de 32 hectáreas, en el que se adecuarán las praderas, se eliminarán las especies vegetales invasivas y se creará una charca de agua. En el antiguo vertedero de Campo, los trabajos se concentrarán en un área de siete hectáreas en las que se plantarán diferentes especies de árboles y arbustos.
Por lo que respecta a las rutas de senderismo, Ramón explicó que la primera, bautizada como Ruta de los Castillos, unirá las fortalezas de Ponferrada y Cornatel, en Priaranza del Bierzo. En la Senda de los Romeros, que transita hacia el embalse de Bárcena, se actuará a lo largo de cinco kilómetros de recorrido, mientras que en la Ruta de los Compludos las actuaciones se extenderán por 22 kilómetros. En todas ellas, se mejorará el firme, se instalarán carteles informativos y se aplicarán tratamientos selvícolas.
El proyecto también supondrá la mejora de la ribera de los ríos Sil y Boeza a su paso por el municipio. En el primero de ellos, se actuará en un tramo de 4,2 kilómetros, entre el puente del Centenario y el embalse de Bárcena, mientras que en el segundo las actuaciones abracarán un tramo de 9,1 kilómetros entre puente Boeza y el embalse de Montearenas. En el tramo de casi dos kilómetros en que ambos ríos confluyen, desde puente Boeza hasta el parque del Temple, también se llevarán a cabo estas acciones, que consistirán en desbroces selectivos y monitorización de fauna con el objetivo de recuperar los ecosistemas de ribera.
Por último, se diseñarán varias rutas de conexión entre los diferentes espacios verdes de la ciudad, con la creación de cinco nuevos kilómetros de carril bici y el acondicionamientos de tres kilómetros de sendas ciclables ya existentes. Las primeras actuaciones arrancarán en verano aunque el proyecto tiene una duración de tres años, con vocación de permanencia más allá de los fondos Next Generation.
Al respecto, el presidente de la Fundación Naturaleza y Hombre destacó que este “proyecto de ciudad” es “algo que se va a quedar”. “Cuando los ciudadanos usan los espacios naturales, es la mejor garantía de su conservación a largo plazo”, señaló Sánchez, que valoró los esfuerzos de Ponferrada para “hacerse un hueco” en una convocatoria de ayudas en la que la capital berciana compitió con grandes ciudades españolas.
Creada hace casi 30 años en Cantabria, la Fundación Naturaleza y Hombre es responsable de la puesta en marcha de proyectos similares en ciudades como Santander y Málaga. “El anillo verde es un claro ejemplo de nuestra filosofía de trabajo, consistente en desarrollar una infraestructura de espacios verdes y azules donde se recupere la naturaleza para uso y disfrute de los ciudadanos”, apuntó Sánchez, que destacó la existencia de estudios que vinculan la mejora de la calidad ambiental de las ciudades con la mejora de la salud y el estado anímico de los ciudadanos.