PREMIOS MUJER 2024
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Ana Belén López Abella: feliz en el valle cuidando de los turistas en Ancares

Los Premios Mujer Bierzo se acercan a esta esquina de nuestra geografía, Ancares, a conocer a una emprendedora y madre a la que le gustaría ayudar a labrar un futuro para su zona
Ana Belén López Abella en su hotel, Valle de Ancares. / QUINITO

Ana Belén López Abella nació en Villarbón. “Soy la penúltima niña que nació en Villarbón”, asegura. Después se fueron a Sorbeira, el pueblo de su padre, y posteriormente se casó en Pereda. Este recorrido por el valle de Ancares la ha llevado a regentar, junto a su marido, el hotel rural que hay en Pereda. En un momento dado, sus suegros ya no podían hacerse cargo del negocio y pasaron a ocuparse ellos. Lleva 28 años abierto.

Ana Belén no espera hacerse rica pero es feliz viviendo en Ancares. “Un hotel rural aquí es para sobrevivir, digamos. No es para hacerte rico. Tampoco lo pretendemos. Jorge trabajaba fuera, en Madrid y viajando por España y decidió volver. Y el mismo año yo estaba fuera y decidí volver también al pueblo. Supongo que vivir aquí tiene más ventajas que desventajas”, asegura.

Le gusta estar en el valle: “yo no cambiaría el pueblo por nada”, asegura. “Estuve 17 años fuera y bien, pero el pueblo es otra cosa”, señala esta ancaresa.

Ana Belén López Abella en su hotel, Valle de Ancares. / QUINITO

 

Tienen un hijo que está estudiando en Salamanca. Cuando piensa en el futuro, Ana Belén lo mira para pensar en su hijo, en que pueda tener la posibilidad, si quiere, de quedarse en el valle. Está estudiando dirección de cocina y ayuda en los veranos en el hotel.

Vivir en este rincón tan especial tiene algunas desventajas, nos cuenta. Por ejemplo, cuando hace algunas compras por internet, los distribuidores no están por la labor de subir hasta Pereda y “te intentan dejar las cosas en Vega”. Cuando han tenido que hacer alguna obra, es “un poco más complicado” que les suban los materiales hasta allí y, en ocasiones, los portes son más caros. “Tiene sus desventajas, pero merece la pena”, dice sonriente esta empresaria.

Ana Belén López Abella en su hotel, Valle de Ancares. / QUINITO

 

“Internet todavía no va muy bien”, lamenta, y eso dificulta que alguien que quisiera instalarse en el pueblo para trabajar pueda hacerlo. Sobre el papel de las autoridades, es crítica: “entiendo que para los políticos y para el gobierno general es mucho más fácil tenerlos concentrados en ciudades y demás, porque claro, se ahorran mucho en servicios, digamos. Los pueblos solo interesamos un poquito cuando son las elecciones”, comenta.

Hotel Valle de Ancares

El hotel valle de Ancares de Ana Belén y Jorge es una construcción que sigue las líneas tradicionales de la zona, con protagonismo para la piedra y la madera. Algunas partes se han conservado de la antigua casa de sus suegros y otras son trabajo nuevo. “Hemos mantenido todo lo que hemos podido de piedra más la madera que hemos añadido nosotros”, explica.

Con el cierre perimetral durante la pandemia, notaron un aumento del turismo autonómico pero no se ha mantenido demasiado después. Muchos de sus clientes provienen de Madrid aunque también hay gallegos. Al ser mayoritariamente un turismo de fin de se semana, entiende que no pueden venir de muy lejos.

Ana Belén destaca las maravillas del valle de Ancares: sus pasiajes, con castaños centenarios, “algunos muy centenarios”, relata. El de O Cantín, en Villasumil, está catalogado como uno de los que mayor perímetro del noroeste de España. Las rutas de senderismo recorren esta zona tan especial, subiendo hasta los montes que conforman la sierra de Ancares.

En el valle faltan, en su opinión, sitios para comer. Los turistas tienen que bajar a Vega de Espinareda o irse hasta Galicia, a Piornedo. Ella explica que no pueden orientar su hotel a dar comidas, porque les cuesta encontrar gente que quiera subir a Pereda a trabajar y ellos no dan a basto. “Este verano las comidas las hemos tenido que dejar porque no hemos conseguido encontrar una persona que nos ayudara. Entonces, si yo hago habitaciones, no puedo hacer cocina. Si hago cocina, no puedo hacer habitaciones”, relata. Con la ayuda de su hijo, sacan adelante la cafetería.

Ana Belén López Abella en su hotel, Valle de Ancares. / QUINITO

 

Identidad ancaresa

Este año, el Ayuntamiento de Candín ha puesto en marcha el cambio de denominación del municipio, que pasará a llamarse Valle de Ancares. Para Ana Belén, es una decisión adecuada: “es nuestra identidad. Áncares es nuestra identidad. No somos Los Áncares. No somos Los Áncares leoneses. Somos Ancares. Siempre hemos sido Ancares y ya está. Es verdad que pertenecemos a la Reserva de la Biosfera de los Áncares Leoneses pero nosotros nunca hemos tenido el artículo delante. Es los nueve pueblos que están de este lado del puerto y Suárbol y Balouta, que están del otro lado del puerto de Áncares. Y vale, no tenemos ningún problema con Galicia ni nada, pero nos están comiendo un poco el nombre. Las cosas como son. Entonces, tampoco nos gustaría perder esa identidad”, explica.

A esa identidad le acompaña un idioma, el ancarés, que Ana Belén como el resto de habitantes del valle tiene por lengua materna. Cuando hay gente de fuera, se pasan al castellano. A su hijo le enseñaron a hablar en ancarés y dice que incluso lo habla mejor que ellos “porque pasó mucho tiempo con mi madre”. Hay pocos niños que sepan hablar esta lengua, nos cuenta. Y es que en general, hay ya pocos niños en Ancares.

Para Ana Belén, el problema de la despoblación es simplemente la falta de oportunidades. Las cosas podrían mejorar si no hubiera algunos obstáculos burocráticos, como los que conoce que tienen que esquivar los emprendedores del valle, como por ejemplo los ganaderos.

Le gustaría que fuera más sencillo instalarse y sobrevivir en el mundo rural y señala que sería conveniente que hubiera más bares. “Los pueblos donde no hay un bar” que sirva para que “se reúne a gente, acaban muriendo de todo. Mueren y ya no quedan otra vez”, recuerda esta ancaresa.

 

Ana Belén López Abella en su hotel, Valle de Ancares. / QUINITO

 

Visitar Ancares

La mejor época para visitar Ancares es el otoño pues “tiene unos colores excepcionales. Tiene mucha variedad de vegetación. Tiene mucha variedad de tonos ocres, rojizos. La primavera sí es espectacular porque brota todo, vida y eso. Pero quizá para mí el otoño”, elige Ana Belén.

La época que más gente hay en el valle es en el verano. Calcula que en Pereda, al comienzo del otoño, puede haber unas 30 personas. “Hay parejas de jubilados que intentan hasta después de apañar las castañas”, explica. En el mes de agosto, abren todas las casas porque viene toda la gente, que está, buena parte de ella, emigrada en Cataluña.

El invierno, históricamente, era sinónimo de aislamiento en Ancares. Hoy en día se han mejorado las infraestructuras y además nieva menos. “Me acuerdo cuando los neveros del Cuiña llegaban a agosto”, dice, “nieves perpetuas” que ahora “no llegan a marzo”. En su recuerdo está también cómo de niña tenían que abrir senderos en la nieve para salir de las casas y llegar a atender el ganado.

Cuando Ana Belén piensa en el futuro, asegura que se conforma “con seguir sobreviviendo” aunque le gustaría ver crecer su negocio “un poco más” por si su hijo “decide quedarse aquí, pues que pueda tener empleados, dar trabajo a gente que quiera establecerse en el pueblo”. Para que “los pueblos no se mueran, simplemente que no se mueran”, defiende. Y hace un llamamiento para ello, para que “las administraciones no se olviden de que los pueblos también existimos, que ese nombre que nos han puesto de la España vaciada no es así, no está vaciada si hay gente en ella. ¿Que está olvidada? Sí, pero vaciada no”.

Premios Mujer Bierzo 2023

El Ayuntamiento de Candín – Valle de Ancares, con el alcalde José Antonio Álvarez Cachón al frente, ha propuesto a esta empresaria como nominada a los Premios Mujer Bierzo 2023 que organiza El Bierzo Digital. Estos premios buscan reconocer y galardonar la encomiable labor de todas las mujeres y, especialmente, de las de nuestra comarca. Es la tercera vez que el Ayuntamiento de Candín apoya esta iniciativa y en años anteriores pudimos conocer las historias de Mariluz Carballo y Clara Fernández.

Ana Belén López Abella en su hotel, Valle de Ancares. / QUINITO

 

Ana Belén López Abella en su hotel, Valle de Ancares. / QUINITO

 

Ana Belén López Abella en su hotel, Valle de Ancares. / QUINITO