En mi calidad de geólogo he hablado y escrito mucho sobre las aguas subterráneas. Todo ello lógicamente tras estudiar diversos libros y apuntes, durante años. Pero he aquí que hace escasos días tuve conocimiento de un artículo cuyos autores son W. Martínez del Olmo y C. García Royo, que habla de un asunto relacionado con las aguas subterráneas…que yo desconocía prácticamente por completo. Nunca se acaba de aprender. El artículo lleva por título :“La sequía en España y los acuíferos profundos”. Se publicó en “Tierra y tecnología”, una revista del Ilustre Colegio Oficial de Geólogos de España y como corresponde a una publicación de ese nivel, contiene algunas informaciones que quizá al público en general, les resulten un tanto extrañas.¿ Quién sabe por ejemplo que es el Muschelkalk o el Cenomaniense?.
Como en “El Bierzo Digital”, yo trato de escribir a nivel de divulgación elemental (aunque siempre científica eso si), voy a tratar de exponer algunas cuestiones relacionadas con ese artículo y de modo que resulten comprensibles para la mayor parte posible de las personas. Con esto quiero decir que no pretendo entrar para nada a evaluar, si las propuestas que hacen los autores del artículo son acertadas o no. Hay una asociación, llamada GEOSEN a la que es muy grato pertenecer, formada por geólogos-as ya jubilados (como yo), algunos de cuyos miembros si deben tener bastantes más conocimientos que yo sobre ese punto.
Yo me voy a fijar esencialmente en que en este artículo, se hace alusión a algunas cuestiones que son enseñanza básica en geología, como el continuo cambio de la ubicación de mares y continentes y también la acumulación de agua en el subsuelo.
AGUAS EN EL SUBSUELO MUY PROFUNDAS Y SALADAS
De modo muy resumido lo que viene a exponer este artículo es que bajo el suelo y a grandes profundidades ( mayores de un kilómetro en muchos casos ) hay considerables cantidades de agua que están ocupando zonas muy extensas y de un espesor de varios centenares de metros. Señalan datos concretos de profundidades. Además en muchos casos se trata de aguas saladas, detalle éste que en una primera lectura me llamó la atención. La cuestión de las grandes profundidades es importante y también obviamente su elevado contenido en sal. En el artículo se indican también datos numéricos ( si no se habla de números se habla siempre de modo ambiguo) sobre el contenido de sal. La salinidad la expresan en número de gramos de sal por litro de agua.
Los apuntes y otros datos que yo conozco sobre aguas subterráneas (desde los años 70 cuando estudiaba en la universidad) apenas hablan de aguas saladas. Cuando lo hacen es para referirse a las aguas de los mares actuales. Lo primero que se aprende al hablar de aguas subterráneas, es que el agua tanto la que existe en el mar, como la que hay en la atmósfera (nubes por ejemplo), como la de ríos, arroyos , manantiales e incluso pozos y sondeos forma parte de un ciclo continuo. Es lo que ya se dice en cualquier libro elemental de enseñanza primaria sobre el ciclo hidrológico. En las viejas enciclopedias de las escuelas de los pueblos de los años 60 por ejemplo. De modo muy, muy resumido se indica que el agua de los océanos se evapora y acaba formando nubes. Después cae sobre los continentes alimentando arroyos, ríos y fuentes y desde estos vuelve de nuevo a los mares y océanos. Un ciclo que se repite una y otra vez. He leído incluso datos concretos sobre el tiempo que puede, en término medio y con carácter general, transcurrir desde que una partícula de agua se evapora, hasta que de nuevo vuelve al mar. En estos casos estamos hablando siempre de aguas no saladas, ya que al evaporarse el agua, la sal se queda en el mar.
Lógicamente para que las aguas del interior del terreno acaben saliendo a los ríos y arroyos y finalmente vayan al mar, es esencial que no estén muy profundas. La altitud media de España se estima en 660 metros sobre el nivel del mar. Un volumen de agua que se halle pues a una profundidad de más 1000 metros respecto al suelo de un punto dado, puede estar por debajo del nivel del mar. Por tanto y hasta donde yo se, si así fuere no parece posible que esas aguas acaben en los mares actuales.
En apuntes sobre hidrogeología (F. Javier Sánchez San Román. Universidad de Salamanca) ha leído que existen las llamadas aguas fósiles o congénitas, que son aquellas que quedaron atrapadas en la formación de un sedimento. Dicho de otro modo, serían aguas que no se infiltraron en el subsuelo descendiendo desde la superficie de los terreno emergidos. Serían aguas que quedaron sepultadas en el fondo de antiguos mares mezcladas con arenas, limos o cualquier otro tipo de rocas que se depositan en el fondo del mar. Por ello al no haberse evaporado a la atmósfera, conservaron su sal y sepultadas han permanecido millones de años, los suficientes para que en la vertical de donde se hallan ya no exista mar alguno. Esas aguas se localizan en numerosos puntos de España y puntos alejados a veces cientos de kilómetros de las líneas actuales de costas. Aparece un mapa de España al respecto. Son aguas que en realidad no han seguido el ciclo hidrológico clásico. Casos excepcionales o singulares. Los autores del artículo señalan que convendría prestar más atención a esas aguas profundas y “olvidadas” (aunque sean saladas) dada la situación de sequía que presumiblemente continuará afectando a España. Indican expresamente que se trata de una caso especial de estudios hidrogeológicos. La hidrogeología profunda que -señalan- ha estado poco estudiada en España, al no haberse realizado tantos sondeos muy profundos como sí ha ocurrido en otros países europeos.
En el citado estudio además de datos concretos sobre las profundidades a las que se encuentran esas aguas (acuíferos), la ubicación de los mismos y el contenido en sal, se señalan datos sobre la edad geológica de esos terrenos (acuíferos) de aguas profundas. La edad de las rocas o si se quiere la historia de la Tierra, se divide un una serie extensa de periodos de tiempo que tuvieron lugar muchos millones (a veces más de 100 ) antes del presente. Se les da nombres concretos, (Lías, Albense, Jurásico… ) y por ello en base a los datos de ese artículo, sabemos que se trata de aguas que estaban ubicadas en mares existentes hace millones de años. En algún caso hace más de ¡¡ 200 millones de años!!. Dato asombroso…para muchas personas, pero no para los geólogos.
LECCIONES DE GEOLOGIA BÁSICA Y NO TAN BÁSICA
En cualquier libro de geología elemental, se explica como se formaron lo que son auténticas minas de sal ubicadas por ejemplo en las provincias de Barcelona, Santander, Zaragoza, Navarra…. Básicamente se trata de sales procedentes de mares hoy obviamente inexistentes. Ignoro si entre esas capas de sales de diversos tipos, hay cierta cantidad de agua procedente de esos antiguos mares. Es posible que si, pero no lo se. La cuestión es que los mares que existieron donde hoy no hay nada mas que tierras, dejaron en algunos casos huella de su existencia, bien dejando las sales que había en los mismo o también incluso la sal y buenas cantidades del agua. Si hoy día solo quedan las sales tenemos minas o yacimientos de terreno salinos. Si hay agua infiltrada en rocas diversas, tenemos acuíferos con aguas más o menos saladas. En cualquier caso una buena prueba de que como sabe cualquier estudiante de geología a nivel más elemental, la distribución de mares y tierras ha estado cambiando a lo largo del tiempo geológico. Esta idea elemental se sigue poniendo de manifiesto en libros de geología de un cierto nivel como el de la imagen adjunta.
Unos conocimientos básicos de lo que son las cuencas sedimentarias (su extensión), junto a datos numéricos concretos sobre, espesores, contenido en sal y porosidad que se detallan en ese artículo, permiten hacer unos primeros cálculos sobre el volumen o volúmenes de agua que se hallan retenidos a grandes profundidades en los huecos, poros o fisuras del terreno. Esos cálculos se hacen sabiendo multiplicar y poco más. Por ello en un primer tanteo estimo que esos volúmenes de agua existentes en poros de extensos volúmenes de terreno (muchos millones de metros cúbicos de terreno); podrían ser equiparables en orden de magnitud a los volúmenes de agua que se recogen en pantanos, presas y embalses construidos en la superficie y donde la porosidad es obviamente del cien por cien y por ello no tiene sentido ni siquiera citarla. Puntualizo, que no vale esos de las estimaciones, hay que ponerse a hacer cálculos matemáticos. Además hay que tener en cuenta las grandes profundidades a las que se encuentran esas aguas, el hecho de que sea saladas y quizá otros varios factores que habría que analizar (siempre con números); para ver si las propuestas de ese artículos son aceptables desde el punto de vista socio-económico. Esto es ya para especialistas en estos asuntos. No para mi.
Por otra parte es evidente que las ideas expuestas en ese artículo y de modo más o menos explícito, lo que ponen de manifiesto es que bajo el suelo y a ciertas profundidades (en este caso grandes) hay enormes volúmenes de tierra (de varios hectómetros cúbicos) en cuyos huecos hay agua. Aunque los volúmenes de agua sean muy inferiores al volumen total de esos “volúmenes de tierra”, las cantidades de agua son considerables y se hallan esparcidas por zonas muy extensas (varios kilómetros o incluso decenas de kilómetros) y de espesores de más de cien metros a menudo. Nada que ver con esas absurdas ideas según las cuales hay en el interior del terreno “venas” o tuberías o algo similar de agua. Las aguas profundas han estado por lo que parece prácticamente inmóviles desde hace millones de años. Otra lección pues de geología elemental.
Al final del artículo se alude a otro asunto que yo también desconocía. Se dice que en España se ha producido una cantidad de demoliciones de presas, represas y similares muy superior a la de otros países. Exponen datos concretos. Ignoro asimismo cual es la razón para eliminar esas infraestructuras que sirven para almacenar agua en superficie. Entiendo que obedecerán a criterios racionales y científicos. Lo digo porque cierta conocida formación política, que prefiero no citar y según noticias de la prensa, la “razón” que alegaba hace algunos meses (en plena sequía), era simplemente que se trata de obras franquistas. Si esta noticia es totalmente cierta, habría que decirles a ciertos políticos-as que se pongan a estudiar matemáticas y geología básicas y sólo después de aprobado el consiguiente examen opinen al respecto.
Bembibre 12 de diciembre de 2022
Rogelio Meléndez Tercero