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Cada noche, y desde hace varios días, un oso joven visita la localidad lacianiega de Caboalles de Abajo. Busca frutales con los que poder saciar su apetito. Y esta conducta que inquieta a los habitantes del pueblo se ha vuelto un hábito. Tanto es así que los vecinos han logrado capturar numerosas imágenes del plantígrado dando vueltas por la pedanía.
Las últimas fueron grabadas la madrugada del pasado jueves en torno a las 02:00 horas por una joven que regresaba a casa. Es la información que ha trasladado el presidente de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero, a este medio de comunicación quien a la vez ha señalado que el encuentro “fue accidental. La chica simplemente se lo encontró aunque no debería de haberle seguido”.
Es ese comportamiento repetitivo, de visitas noche sí y noche también, el que ha hecho que la Junta de Castilla y León haya, según informa Palomero, tomado cartas en el asunto desde hace días. A través de una patrulla especializada, y con el apoyo de la FOP y de la Guardia Civil, se está llevando a cabo un seguimiento del ejemplar para modificar esta conducta que el presidente ha calificado como “fase de habituación” por lo que “hay que disuadirle y aplicar el protocolo de intervención”. Y en ello están.
Porque Palomero ha sido tajante. Que un oso cruce carreteras o coma fruta “es normal. No lo consideramos un problema” pero que un ejemplar joven se adentre en el casco urbano “con total normalidad y de forma sistemática no”. En este sentido, el presidente afirma que el plantígrado “lo asume como algo que le aporta mucha comida y lo va a volver a repetir”. Por eso es importante eliminar este hábito “antes de que suceda una desgracia porque, si alguien se acerca más de la cuenta, el animal puede sentirse amenazado y atacar”.
Para concluir, el presidente de la FOP ha añadido que el oso “está encantado. Ha encontrado el maná porque hay mucha fruta en esas calles” pero es una conducta que hay que eliminar “inmediatamente”.