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2013: la moción de censura del PSOE e IAP lleva a Folgueral a la Alcaldía de Ponferrada

El pacto que dio paso al gobierno del bipartito pasó factura a los principales implicados: Ismael Álvarez y Carlos López Riesco, ambos ex alcaldes, abandonaron la política y Samuel Folgueral y sus concejales se vieron obligados a dejar el PSOE
El nuevo alcalde de Ponferrada (León), Samuel Folgueral (D), toma el bastón de mando del Ayuntamiento ante Ismael Álvarez (I). / César Sánchez

El 8 de marzo de 2013, los grupos del PSOE y de IAP presentaban una moción de censura en el Ayuntamiento de Ponferrada con la que desalojaban a Carlos López Riesco de la Alcaldía y al PP del gobierno municipal tras 18 años ininterrumpidos al frente del mismo. Samuel Folgueral, el entonces portavoz del PSOE, se convertía en el cuarto alcalde de la democracia. Pero la alegría de los suyos pronto se vería ensombrecida.

Si el pacto que daba paso al gobierno del conocido como el ‘bipartito’ le había costado al líder de IAP, Ismael Álvarez, su salida de la política -exigencia del PSOE  ante su condición de condenado por el  llamado caso Nevenka-, a Folgueral también le pasaría factura. A pesar de contar con la autorización de Óscar López y otros cargos socialistas para presentar la moción, voces discordantes del PSOE nacional, como la de Carme Chacón, llevaban a Alfredo Rubalcaba, en plena campaña para revalidar la secretaría general del PSOE, a exigir a Folgueral que rompiera el acuerdo y dejara la Alcaldía tan solo unos días después de llegar a la misma, o que abandonara el PSOE. Y fue esto último lo que sucedió. El grupo del PSOE se pasó en bloque al grupo mixto (en 2015 fundarían USE). Todo ello en medio de un gran revuelo mediático que resucitó ‘fantasmas’ del pasado y que llevó a Ponferrada al centro de la actualidad nacional.

Para el tercero ‘en discordia’, Carlos López Riesco, la moción también supuso el principio del fin de su carrera política, pues tras un año como líder de la oposición, en el que apenas ejerció como tal y en el que quedó patente su división con la entonces presidenta del PP provincial, Isabel Carrasco, dejaba el Ayuntamiento para dedicarse a su carrera profesional.