PREMIOS MUJER 2024

Cuando Franco cambió la hora en 1942

ARHOE considera que España tiene que adoptar la hora oficial del Reino Unido, Portugal, Marruecos y Canarias (Hora Europea Occidental), que es la que le corresponde geográficamente y abandonar la Hora Europea Central

El desfase horario comenzó en 1942, cuando Franco adaptó el horario español al de Berlín (Hora Europea Central) en alineación con el régimen nazi, al igual que hizo Italia. El objetivo de esta medida era acercarse ideológicamente al país germano que, por aquella época, estaba gobernado por Adolf Hitler.

Por otra parte, la situación de pluriempleo que se originó después de la guerra civil española provocó el horario de ‘nueve a dos’, con la pausa de ir a desayunar a media mañana (media hora), y con un descanso (a menudo de dos horas) al mediodía para después continuar trabajando por la tarde. Esta situación se traduce en la pérdida de una hora y media diaria en el ámbito laboral, que se resta automáticamente de la vida privada, según ARHOE-Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles.

Por todo ello, la asociación considera que España tiene que adoptar la hora oficial del Reino Unido, Portugal, Marruecos y Canarias (Hora Europea Occidental), que es la que le corresponde geográficamente y abandonar la Hora Europea Central, que corresponde a países más al este.

Para muchos, el hecho de que en España se coma a las 14:30 y se cene a las 21:00 tendría su origen en este cambio de hora, más cuando en el resto de Europa se come sobre las 13:00, y es raro cenar después de las ocho de tarde. Independientemente de la cultura o el clima, todo el mundo, desde nuestros vecinos los portugueses, hasta en la lejana Nueva Zelanda, parecen tener un ritmo diferente a los españoles. Pero todo esto quedaría en mera anécdota si no fuera porque se ha relacionado con problemas en el aprovechamiento del tiempo. Aparte de quitarnos el sueño, los ritmos españoles ponen muy difícil conciliar la vida laboral y la personal.

Para conseguir regresar al horario original, la ARHOE afirma que el primer paso es obviar la adopción de la hora de verano del último fin de semana de marzo. El cambio quedaría definitivamente completo cuando el siguiente otoño se retrasase los relojes para regresar, junto con Inglaterra y Portugal, a la hora de invierno.

Con el restablecimiento de la Hora Europea Occidental, se volvería a un horario más europeo, en el que los ciudadanos se seguirían levantando a la misma hora de ‘reloj’, pero en realidad una hora (solar) más tarde; se comería y cenaría en un horario más internacional, a la una y a las ocho de la tarde; se fomentaría la jornada continuada de nueve a seis, con una parada de una hora para comer a mitad de la jornada laboral; y se dormiría una hora más, lo cual es beneficioso para la salud y provocaría una disminución de la siniestralidad laboral.

Asimismo, la mejor alineación del horario laboral con los colegios mejoraría el rendimiento escolar; y una mejor alineación con horarios laborales de otros países, entre otros avances.

Por otra parte, ARHOE cree que este cambio de hora no tendrá el efecto de ahorro energético que se persigue a menos que se acompañen de verdaderas medidas de racionalización horaria. En la actualidad, el cambio horario obedece a una Directiva Comunitaria dirigida a favorecer el ahorro energético y el potencial de ahorro en iluminación que genera esta medida puede suponer un 5 por ciento, lo que equivale a 300 millones de euros de acuerdo con los precios actualmente vigentes.

Las Islas Canarias

Las Islas Canarias mantendrían su diferencia horaria respecto a la Península. Aunque el Archipiélago, en la actualidad, pertenece al huso GMT, en realidad su posición geográfica la sitúa en el GMT-1. Sin embargo, cuando se adelantó el sistema peninsular, también se hizo lo mismo con las Islas para evitar una diferencia excesivamente marcada.