PREMIOS MUJER 2024

“El nuestro es un servicio de amor”

Uno de los días históricos de Diócesis, el inicio del ministerio episcopal de monseñor Juan Antonio Menéndez Fernández, desde dentro
El nuevo obispo de Astorga monseñor Menéndez

Alejandro J. García Nistal / Sergio González  / Ical La mañana del sábado 19 de diciembre del año 2015 pasará a la historia particular de Astorga no como la jornada de reflexión ante las inminentes elecciones generales del día posterior, sino como la llegada y acogida de un nuevo Pastor que añade su nombre y escudo a la larguísima lista de obispos asturicenses. Desde los siglos III y IV d. C. se tiene constancia documental de tareas de evangelización y existencia de primeros cristianos en la Bimilenaria, lo que la convierten de facto en una -sino la que más- antiguas de las capitales cristianas peninsulares.

La mañana fresca pero no fría para estas alturas del año sorprende por la desaparición de la niebla que acechaba desde hace semanas la SEO astorgana. Pareciese que la Naturaleza por mano divina hubiese apartado por unas horas toda nube, sombra y duda para que la luz arropase a los cientos, pocos miles, de feligreses venidos de los cuatro puntos cardinales de la Diócesis a la ceremonia de nombramiento de don Juan Antonio Menéndez como obispo de Astorga.

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El gentío abarrota la Catedral, esperando la comitiva que sale bajo el portón principal adornado con las banderas oficiales -también del propio Vaticano- del Seminario, cruzando la plaza de la Inmaculada, Doctoral, plaza de la Catedral y entrada regia al atrio por el pórtico del Descendimiento.

El listado de autoridades eclesiásticas, civiles y militares asistentes es prolijo de recitar. Basta citar el Nuncio del Papa, monseñor Frattinni, una treintena de obispos, varios centenares de sacerdotes y curia de Asturias y Astorga, delegado de Gobierno de Asturias, subdelegada de Gobierno en León, delegado de la Junta de Castilla y León, presidente de Diputación de León, rectora de la Universidad Pontificia de Salamanca, coronel del RALCA, alcaldes de Astorga, Ponferrada, Puebla de Sanabria, La Bañeza, presidente de Cámara de Comercio de Astorga, comisario de Policía, capitán de la Guardia Civil, presidente de la Semana Santa de Astorga, diputados, concejales, representantes de cofradías, hermandades, monasterios, conventos… Hasta 30 medios de comunicación debidamente acreditados y varios miles de fieles venidos de Sanabria y otros puntos de Zamora, de Orense, del Bierzo, de Cabrera, Órbigo, Cepeda, Maragatería… Y así hasta tener que cerrar las puertas de la catedral para ordenar debidamente a tanta feligresía congregada.

 

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Los alcaldes de Ponferrada y Astorga, Merayo y García conversando previamente

La Coral Excelsior a los acordes del órgano catedralicio anuncia la llegada de la comitiva ceremonial con un largas filas de mitrados y miembros de la curia. Don Marcos Lobato, como vicario general, ofrece las palabras de bienvenida al obispo electo: “Esta Iglesia de Astorga tiene sabor a viejo dada su existencia desde los primeros tiempos del Cristianismo. Mártires astorganos como Santa Marta, obispos como Santo Toribio, San Genadio, San Fructuroso (…) Aquí está la Fe de la vieja Cristiandad de Astorga… Toda la feligresía, de todas las edades, zonas y condiciones viene a recibir al nuevo Pastor que viene (…) Congregados en la catedral porque es el lugar de defensa, donde también les aguarda su Pastor que viene a buscar el bien de todos…”

 

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A continuación, el Nuncio del Papa lee el Mandato Apostólico del Santo Padre donde se nombra obispo a Juan Antonio Menéndez Fernández. El nuevo prelado asturicense ocupa su sillón y recibe la mitra y el báculo, símbolos que le revisten como sucesor de Pedro y representante de Jesús como Pastor y cabeza de su Iglesia. Menéndez Fernández saluda a continuación a los representantes eclesiásticos.

Comienza la Eucaristía y la Homilía del nuevo prelado se escucha atentamente. Es su primera alocución como obispo de facto. Sus palabras de cariño a su tierra, la cercana Asturias, se hacen presentes. Al fin y al cabo fueron 34 años de presbiterio allí. Insiste en “la necesaria colaboración con las instituciones territoriales desde la independencia y el respeto mutuo”. También tiene palabras a su familia y a su “querida madre”, pues reconoce haber sido educado en el“amor y el respeto mutuo”. La misión del obispo es “preparar al pueblo para salir a recibir a Cristo, proclamar la salvación y acoger en nuestro seno a los pecadores y afectados por el mal”, explica, realizando una comparación paralela con Sansón y San Juan Bautista en su recepción a Dios.

“El obispo camina con los fieles, compartiendo alegrías y sufrimientos. Caminar juntos requiere amor. El nuestro es un servicio de amor”. Se encomienda a Santa Marta, a Santo Toribio y a los santos y mártires que esta vieja Diócesis ha dado a lo largo de casi dos mil años. “Mi vida es para el Señor y para vosotros (…) Me siento orgulloso de ser un asturiano astorgano”. Saluda a todas las zonas de la provincia eclesiástica, incluso en gallego a los de la zona de Ourense como gesto de cercanía y complicidad. La Virgen de la Encina también tiene su momento de agradecimiento y de invocación para orgullo de los muchos bercianos presentes en el acto.

“Como María, hágase en mí según tu palabra”, termina monseñor Menéndez su primera e histórica homilía. La comitiva, de nuevo entre aleluyas y una sensación de alegría colectiva, recorre la mayor parte de la atestada catedral hasta salir en comitiva por la calles más vetustas del recinto amurallado astorgano. Astorga y su Diócesis, buena parte la comarca del Bierzo, ya cuentan con un nuevo obispo.

 

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Por las calles de Astorga, escena que se repite hoy en Ponferrada
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Cercanía y fraternidad del señor Obispo