La Obrera, Sociedad de Socorros Mutuos

La Ponferrada actual no hubiera sido posible, sin la Obrera. Es más, aunque la centenaria institución nació apolítica y aconfesional,  todos los fundadores y socios que lo fueron y lo siguen siendo, generación tras generación, creo que veneran a la Virgen de la Encina, y a la Sociedad la Obrera. Es más, aunque la centenaria institución nació apolítica y aconfesional,  todos los fundadores y socios que lo fueron y lo siguen siendo, generación tras generación, creo que veneran a la Virgen de la Encina Obrera,  con similar cariño y devoción. La Asociación “La Obrera” está de aniversario. Cumple 125 años. Se creó el 11 de marzo del año 1889. Seguro que usted que está leyendo este artículo, también es protagonista de su trayectoria. Un período de la historia marcado por importantes y lamentables acontecimientos como la guerra Española,  que en la veterana institución se supieron sortear, cuando incluso estaba prohibido reunirse y había que pedir permiso a las autoridades para todo. Lo recuerda Miguel J. García en su libro extraordinario, publicado en 2004 y dedicado a la Obrera. Jota dice que la Obrera tiene que unirse al destino del casco antiguo como símbolo de resistencia.

 

Los inicios Fueron tiempos de muchas penurias y calamidades. La Sociedad de Socorros Mutuos, se fundó a finales del siglo XIX, siendo ejemplo de innovación en una sociedad que comenzaba a ver las primeras leyes de defensa del trabajo y de las relaciones laborales. Un auténtico movimiento obrero.

Fue precursora de la Seguridad Social, de actos sociales y lúdicos y supo evolucionar como la propia ciudad, sorteando todo tipo de dificultades. En la emisora, Onda Bierzo, hace 25 años, Ignacio Linares y Yolanda Ordás se ponían a la cabeza de un programa extraordinario de medio año de duración, con motivo del centenario de la Obrera, por el que fueron pasando, presidentes y directivos, para contarnos, las anécdotas y vivencias de la entidad más querida por los Ponferradinos.  Tantos nombres y tantos hombres, socios de número y de baile, tantas penas y alegrías…¡tanta vida como guarda la Obrera!

Pedro Fernández Matachana, que recopiló muchos hechos de los acontecidos en su querida Obrera, nos contó que en el año 25 se bendecía la bandera. Que sin tener la sociedad matiz religioso, fue lo más parecido a una cofradía del siglo XVII con la caridad como principal valor. No en vano un socio en caso de infortunio ó enfermedad tenía garantizado su entierro, o su “baja de enfermedad” con atención médica y medicinas.  

Uno de los decanos de la sociedad, fue Esteban Gerardo Alonso, que fue miembro durante más de 70 años. En el mismo programa de radio, nos contó como conoció a los fundadores y primeros miembros, como “el marqués de la paletilla” que era albañil, no sé acordaba de su nombre;  sí de aquel otro que formaba parte de su mismo gremio, el de los ebanistas, que era Dictino Fernández y Horacio, el belenista, padre de el recordado Horacio, del Trotón. Eso era común en los primeros años, todos eran obreros, trabajadores.

Años calamitosos de guerra y posguerra, en los que se pudo ir salvando la situación a duras penas, con ánimo de ir mejorando, hasta lograr echar de la sociedad a los que él llamó “Los caballeros de la muerte”.

Con la situación, más normalizada, se fueron fomentando con las cuatro perras que se iban recaudando, los bailes de casados, que tenían unas almendras y un vino del país como mejor complemento. La sociedad de Socorros Mutuos “La Obrera” era muy bien vista en toda la provincia; fue la única que luchó para mantenerse, hubo que hacer nuevos reglamentos y pasó a ser una entidad de previsión social, gracias al esfuerzo de todos. Eso también lo recuerda Emiliano Ruberte, que llegó a nuestra ciudad, donde además de fichar por la Ponferradina en el año 60 fichó por la Obrera, con una poderosa y bella razón llamada, Evelita Alonso. Cuando entró de directivo era presidente Fernando Fra, de quien decir méritos para con la sociedad, siempre será quedarse cortos…si había “beneficios”, y se recuperaban por ejemplo 50.000 pesetas de cuotas, se metían en el banco a plazo fijo tres meses, con el fin de que dieran 600 pesetas de intereses, para conseguir un dinero. Personas acostumbradas a trabajar duro por Ponferrada y por la Sociedad la Obrera, pidiendo los mejores precios para orquestas, caramelos para los niños… ó Lorenzo López Valcarcel, que accedió en el año 1972, un momento crucial de la sociedad en la que se dejó de tener deudas por las obras. Entrega y trabajo con el que se comprometió también, el querido y recordado Leonardo Rodríguez Gallardo, que fue presidente hace 25 años, y que recordaba en su andadura, los bailes, la compra de giradiscos los equipos de música nuevos, los actos de imposición de medallas a los socios de mayor edad, los pregoneros…

Hoy la obrera tiene 125 años, gracias a todos y todas las que trabajaron por ella, y que es imposible enumerara, Antonio Nicolás, Rogelio Tahoces, Arturo Blanco, Enrique González, Pedro Martín, Manuel Fernández, Argimiro Silva, Félix de la Fuente. Tantos nombres, tanta historia… la andadura continúa con entusiasmo renovado un siglo y cuarto después y con ganas de que los jóvenes se impliquen más… Ponferrada sigue siendo Obrera.